En Venezuela, las elecciones presidenciales del 28 de julio han concluido con el cierre de los centros electorales después de 12 horas de votación. La jornada, que se desarrolló sin incidentes significativos, ha sido marcada por una alta participación y un clima de civismo.
El presidente Nicolás Maduro y el principal candidato opositor, Edmundo González Urrutia, han hecho llamados a respetar los resultados que emita el Consejo Nacional Electoral (CNE). Más de 20 millones de venezolanos estaban llamados a votar en unas elecciones que, por primera vez en 25 años, despiertan expectativas de un cambio real.
Kamala Harris, vicepresidenta de EE. UU., instó a respetar la voluntad del pueblo venezolano, destacando el apoyo de su país a una transición democrática.
La jornada contó con una notable participación desde temprano en la mañana, con imágenes de electores pernoctando fuera de los centros de votación. Tanto Maduro como González Urrutia y la lideresa opositora María Corina Machado estuvieron activos durante el día, promoviendo la participación y supervisando el proceso.
Al cierre de los colegios electorales, comienza la crucial etapa del conteo y verificación de votos, en presencia de testigos de las diferentes facciones políticas. Con los primeros resultados pendientes, crece la expectativa por el desenlace de una contienda electoral que podría significar un giro histórico para Venezuela.