El presidente de la Cámara anuncia la reanudación de las sesiones este miércoles, a un mes del Brexit, tras fallo histórico del Alto Tribunal
El Tribunal Supremo del Reino Unido ha declarado este martes, por unanimidad de sus 11 magistrados, ilegal y nula la decisión de Boris Johnson de suspender el Parlamento. Este fallo histórico ha sacudido el debate político británico y reafirma la supremacía del Parlamento en su función legislativa y de control frente al Gobierno. Según los jueces, la suspensión del periodo de sesiones en Westminster durante cinco semanas impidió la intención de los diputados de frenar un Brexit abrupto.
Además, el tribunal reprochó al Ejecutivo no haber presentado argumentos convincentes durante el proceso judicial. En consecuencia, el presidente de la Cámara de los Comunes, John Bercow, convocó a los diputados para este miércoles a las 11:30 horas (12:30 hora peninsular española), marcando así una vuelta urgente a la actividad parlamentaria.
Un fallo que marca un precedente constitucional en el Reino Unido
Los 11 magistrados deliberaron durante tres días sobre la suspensión del Parlamento, una decisión que establece un importante precedente para la arquitectura constitucional británica, un país sin Constitución escrita y con una compleja separación de poderes. Antes de conocerse la sentencia, Johnson, desde Nueva York donde participa en la Asamblea General de la ONU y en la cumbre contra el cambio climático, expresó su profundo desacuerdo pero manifestó respeto hacia el poder judicial.
“La suspensión del Parlamento es una práctica centenaria”, afirmó el primer ministro en una entrevista con SKY News. Johnson insistió en que el Reino Unido saldrá de la UE el 31 de octubre y criticó la actitud del Parlamento, que rechaza tanto el cierre de sesiones como la propuesta de un adelanto electoral, complicando las negociaciones con Bruselas.
Detalles clave de la sentencia del Tribunal Supremo
La presidenta del Supremo, Brenda Hale, explicó que la orden dada por la reina para cerrar Westminster del 10 de septiembre al 14 de octubre “era una hoja en blanco”, ya que la decisión fue nula desde su origen. En términos prácticos, la suspensión nunca existió. Por ello, la responsabilidad de convocar nuevamente a los diputados recae en John Bercow, quien ya ha anunciado que la Cámara debe volver a funcionar “sin demora”.
Reacciones políticas tras la sentencia
Las críticas al Gobierno no se hicieron esperar. Jeremy Corbyn, líder de la oposición laborista, pidió a Johnson que reconsidere su posición tras lo que calificó como un abuso de poder. En el congreso del Partido Laborista en Brighton, Corbyn anunció que contactará con Bercow para coordinar la convocatoria inmediata del Parlamento.
Por su parte, la ministra principal de Escocia y líder del SNP, Nicola Sturgeon, exigió la dimisión inmediata del primer ministro.
En respuesta, Bercow confirmó que convocará a los diputados en sesión de urgencia este mismo miércoles, subrayando que la sentencia “reivindica el derecho y la obligación del Parlamento de reunirse en un momento crucial para controlar al Ejecutivo y exigir responsabilidades”.
El contexto político y judicial detrás de la suspensión del Parlamento
Johnson defendió durante días la necesidad de suspender el Parlamento hasta el 14 de octubre, alegando que un nuevo Gobierno debe tener margen para presentar una agenda legislativa y comenzar una nueva legislatura. Además, descartó dimitir ante un posible revés judicial.
La decisión del Supremo se produjo tras analizar dos sentencias contradictorias. El Alto Tribunal de Edimburgo consideró ilegal la suspensión al entender que buscaba obstaculizar el trabajo parlamentario sobre el Brexit. En cambio, el tribunal inglés desestimó la demanda por considerarla un asunto político fuera del ámbito judicial.
La vista pública, seguida con gran atención en todo el Reino Unido, contó con la participación de figuras como el ex primer ministro conservador John Major, quien criticó duramente la suspensión. La rigurosidad y las preguntas incisivas de los magistrados pusieron en aprietos al Gobierno, que finalmente no obtuvo el fallo a su favor.
El papel del Tribunal Supremo en el sistema británico
Creado en 2005, el Tribunal Supremo del Reino Unido es la máxima instancia judicial, reemplazando a la Cámara de los Lores. En un país sin Constitución escrita, ha asumido un rol clave en el control constitucional, similar al de tribunales como el estadounidense o el español.
En un sistema basado en tradiciones y prerrogativas históricas, donde la soberanía reside en el Parlamento y el Gobierno tiene gran poder, las decisiones del Supremo generan debates intensos. Este fallo ha sentado un precedente crucial sobre los límites del poder ejecutivo y la protección del Parlamento.
La prerrogativa real y la controversia política
La suspensión del Parlamento fue ordenada formalmente por la reina Isabel II, una prerrogativa real que, sin embargo, se ejerce siguiendo el consejo del Gobierno. Por ello, la sentencia no cuestionó la decisión de la monarca, sino la legalidad del consejo emitido por Johnson.
La sospecha de que el primer ministro pudo haber actuado de mala fe al aconsejar a la reina ha provocado llamados a su dimisión, argumentando que quebró la confianza necesaria entre el jefe del Ejecutivo y el jefe del Estado.

