Por HUMBERTO CONTRERAS VIDAL
Toda mi vida se ha caracterizado por gozar de buena salud. Sin embargo, en los últimos 5 ó 6 meses me ha dado gripe dos veces; y aunque parezca increíble en las dos ocasiones he sentido el momento preciso en que fui contagiado.
El docente universitario suele estar rodeado por sus estudiantes. Y en la cultura dominicana se suele ser muy cercano para todo. Cada día echo de menos el metro de distancia que teníamos que guardar en tiempo de pandemia en todas las actividades cotidianas.
Con el cambio de temperatura y la inestabilidad climática, a muchas personas le ha dado gripe. Algunas han sido mis estudiantes. Las cuáles se han acercado tanto que he sentido ese olor característico del que tiene gripe.
Cuando digo que he sentido, me refiero a que a través de la nariz han entrado a mis vías respiratorias una gran cantidad de sustancias y microbios. Cantidades suficientes para alojarse dentro de mí, incubarse y desarrollar la gripe.
En una breve consulta bibliográfica se ha podido comprobar que en el aliento de las personas se han detectado más de 3,000 sustancias químicas diferentes y una gran cantidad de microbios.
El olor a enfermo de gripe está asociado a sustancias químicas y bacterias fétidas provenientes principalmente de la boca y las vías respiratorias. Los profesionales de las ciencias de la salud pueden reconocer mejor este olor característico.
De hecho, el análisis químico y microbiológico del aliento pudieran convertirse en toda una especialidad médica o química. Ya que está comprobado la relación directa y específica que tienen los olores, sustancias químicas y microbios con muchas enfermedades.
Para finalizar este texto, y como forma de reducir o evitar el contagio por contacto o por vía aérea, hay que retomar el uso de mascarillas como protocolo permanente cuando se asista por cualquier razón a un centro de salud.
También hay que proteger al prójimo por conciencia propia, usando una mascarilla cuando usted sepa que está enfermo y puede ser una fuente de contagio para otros.