Independientemente de las medidas sanitarias que se recomienda para utilizar la instalación que sirve de nido a las Águilas Cibaeñas, el terreno de juego luce en impecables condiciones.
Una docena de pilas de tierra aguardan diseminada por el terreno de juego, para ser colocada, mojada y apisonada previo a cantar playball.
Sin dejar de inspeccionar el mínimo detalle, Tomás Bonilla se mueve de un lado para el otro, pisando, mirando y tocando cualquier parte que le resulte extraña.
Con la colocación de la tierra, extraída de una mina de Monte Plata, el terreno de juego estará listo para recibir los peloteros en el torneo de béisbol invernal que arranca el 15 de noviembre.
Los trabajos que se realizan en el terreno, estarán listos en dos semanas, es decir, con más de un mes de antelación a la fecha escogida para comenzar el campeón.
Una pequeña brigada, dirigida por Tomás Bonilla, trabaja sin prisa pero sin pausa, para un evento que todavía no se asoma por el espejo retrovisor.
En contraste con la tierra, un bien recortado césped parece imitar una alfombra verde, como es costumbre en diversas galas donde se reúnen celebridades del mundo de las artes.
Mientras que en la verja, anuncios desteñidos por el sol, la lluvia y el rocío nocturno, esperan por su renovación.
Unos serán maquillados, otros reemplazados, algunos sustituidos y siempre está la expectativa de los que se van y no retorna,
Nuevos banners podrían estrenarse con las campañas de exhortaciones que ha traído la pandemia del Coronavirus (Covid-19).
La Liga Dominicana de Béisbol dedicará el próximo torneo a José Manuel Fernández, expresidente de los tigres del Licey.
Los Toros del Este son los campeones defensores, sus vecinos Estrellas Orientales, Tigres del Licey y Leones del Escogido por la capital, Gigantes y Águilas Cibaeñas por la Zona Norte.
Por Tuto Tavárez
