Por JUAN TH
En lo que a mí respecta, el discurso pronunciado por el presidente Luis Abinader fue esencialmente bueno, más allá de cualquier cuestionamiento crítico por la extensión y cualquier error de cálculo en el gasto público, obras iniciadas, prometidas y no terminadas, ya sea por falta de planificación o financiamiento. En toda rendición de cuentas de la gestión gubernamental siempre hay elementos que pueden ser cuestionados con justicia, pero, reitero, desde mi punto de vista, la pieza oratoria fue buena, bien escrita y pronunciada. El presidente Abinader se ha convertido, con los años, en un excelente expositor. (¡La tayota ha cogido buen sabor!, sin duda).
El país que recibió el Partido Revolucionario Moderno (PRM), con Luis Abinader a la cabeza, no será ni sombra del país que encontró en 2020, en medio de una pandemia que azotó a la humanidad. Una crisis sanitaria de proporciones insospechadas, que provocó, a su vez, una crisis económica agravada con los conflictos bélicos que amenazaban con el colapso de la economía mundial. El COVID-19 produjo millones de muertos en una gran parte de los países desarrollados por la ausencia de una vacuna efectiva para combatir la enfermedad. La República Dominicana fue uno de los primeros países en salir airosos de la crisis sanitaria y económica, impidiendo que la inflación provocara una hambruna en el país. Recordemos que, pese a todos los males que amenazaban la estabilidad y la gobernabilidad, el gobierno recuperó los empleos, el turismo, la industria, la agricultura, las zonas francas, etc. En fin, el país salió a flote, como lo reconocieron los organismos internacionales. Fue una batalla épica la que libró el gobierno del presidente Abinader.
La oposición, encabezada principalmente por el expresidente Leonel Fernández, ni antes ni ahora ha reconocido la excelente labor del gobierno del PRM que encabeza Luis Abinader. Por el contrario, ha sido un crítico acérrimo, implacable, destructivo, contrastando con la percepción del pueblo dominicano, que no solo lo reconoce como un hombre de buena voluntad, trabajador, honesto y patriota que desea lo mejor para su gente, razón por la cual le otorgó un mandato adicional de cuatro años.
Antes de que el presidente Abinader llegara al Congreso, donde pronunciaría su discurso de rendición de cuentas, Fernández se adelantó para asegurar que se trataba de una “rendición de cuentos”, que era precisamente lo que él acostumbraba a hacer durante los 12 años en que acudió frente a los congresistas, funcionarios y miembros del cuerpo diplomático.
Leonel Fernández no parece un hombre que gobernó en tres ocasiones el país; al contrario, se presenta como un ignorante en el manejo del Estado. No ha tenido la gallardía de reconocer los indudables méritos que tiene la gestión de Abinader durante casi cinco años al frente de la cosa pública, como sí lo hacen los organismos internacionales como el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo, el Fondo Monetario Internacional, entre otros, incluyendo al Banco Central dominicano, que muestran índices favorables en todos los renglones económicos, políticos y sociales.
Las encuestas, tanto nacionales como internacionales, le atribuyen un alto porcentaje de aceptación popular al jefe de Estado. Abinader se mantiene en la cima, mientras que el expresidente Fernández se mantiene en la gatera, con una tasa de rechazo muy alta, compitiendo con su hijo, el inexperto senador Omar Fernández.
La oposición política pronostica caos, anarquía y destrucción. Incertidumbre. Mientras que el presidente Abinader ofrece certidumbre y confianza en el porvenir dentro de un ambiente de gobernabilidad, seguridad ciudadana y paz.
El extenso discurso de rendición de cuentas del presidente Abinader fue puntual en temas relevantes, como la justicia, la democracia, la crisis haitiana, la economía, etc. Me gustó la fuerza que le imprimió al final:
“Siempre he creído que el trabajo lo puede todo. Recordemos esta frase del ideario de Duarte: ¡Trabajemos por y para la Patria, que es trabajar para nuestros hijos y para nosotros mismos!
Para lograr sueños: ¡Trabajemos!
Para vencer obstáculos: ¡Trabajemos!
Para lograr desarrollo: ¡Trabajemos!
¡Trabajo y más trabajo es lo que hago cada día! ¡Trabajo y más trabajo es lo que prometo!
¡Sigamos adelante con la mirada fija en el horizonte y el corazón lleno de esperanza!
¡Porque este es nuestro tiempo!
¡Porque este es nuestro país!
¡Porque juntos construiremos la República Dominicana que queremos!
¡Viva nuestra Patria!”