Protestas en Colombia: un estallido social que refleja décadas de descontento
Contexto y causas del malestar social en Colombia
Desde el jueves, Colombia se ha sumado a la ola de protestas que han sacudido a varios países de Sudamérica en las últimas semanas. A diferencia de otros países, los movimientos sociales colombianos han estado históricamente opacados por el conflicto armado interno. Sin embargo, esta vez el descontento social ha aflorado con fuerza, canalizando el rechazo hacia el Gobierno de Iván Duque y la exigencia de reformas urgentes para mitigar carencias estructurales acumuladas durante décadas.
El país amaneció este sábado con relativa calma tras una noche marcada por el toque de queda en la capital, Bogotá. Luego de la multitudinaria manifestación del jueves y las protestas que continuaron el viernes, Duque ordenó la salida del Ejército a las calles. Esto generó un aumento en la tensión social, mientras la confusión y la desinformación incrementaban el miedo entre la población. Por la tarde, se registraron nuevos cacerolazos y protestas en varias ciudades. Un joven resultó gravemente herido tras recibir un proyectil antidisturbios. Los llamados a manifestarse han sido mayormente espontáneos, con un énfasis en la protesta pacífica y festiva.
Principales reclamos sociales y actores movilizados
La diversidad de demandas sociales es amplia y refleja el profundo malestar que atraviesa el país. En respuesta a las declaraciones de Duque sobre el paro, el congresista Mauricio Toro, portavoz de la oposición, resumió: “Salieron a las calles los trabajadores que exigen condiciones laborales y pensionales equitativas para superar la brecha escandalosa de desigualdad en Colombia”.
Además, se han sumado a las protestas comunidades indígenas, afrocolombianas, campesinos, mujeres, la comunidad LGTBI y el movimiento estudiantil. “El país clama que el Gobierno no puede seguir impávido ante el asesinato de líderes sociales”, añadió Toro, subrayando una de las causas más sensibles del descontento.
Factores clave detrás de las protestas
Rechazo a las políticas económicas y reformas laborales
El llamado a la huelga nacional partió formalmente de las centrales obreras. El Comando Nacional Unitario, que agrupa a varias organizaciones sindicales, convocó desde octubre a la movilización contra el llamado “paquetazo” económico del Gobierno de Duque.
Aunque la economía colombiana creció un 3,3% en el tercer trimestre, el desempleo volvió a superar el 10%, una cifra simbólica que refleja la precariedad laboral. Los sindicatos rechazan con énfasis las reformas laboral y de pensiones propuestas. Mientras el Ejecutivo asegura que estas reformas serán concertadas y aún no definidas, los trabajadores temen que busquen flexibilizar el mercado laboral y debilitar a Colpensiones en favor de fondos privados.
Otra demanda clave es la retirada de la reforma tributaria, que el Gobierno deberá presentar nuevamente tras ser tumbada por la Corte Constitucional.
Controversias en torno al acuerdo de paz con las FARC
A Duque le ha tocado implementar un acuerdo de paz que inicialmente criticó con dureza. Este pacto, que incluye el desarme de las FARC y busca transformar las zonas más afectadas por el conflicto, pretende cerrar brechas entre el campo y la ciudad.
En campaña, Duque prometió modificar el acuerdo sin “hacerlo trizas”, pero en el Gobierno ha enfrentado el respaldo internacional y nacional hacia el pacto. En marzo, presentó objeciones a una ley sobre justicia transicional que fueron rechazadas estrepitosamente en el Congreso, evidenciando la falta de apoyo parlamentario para sus iniciativas.
El alarmante asesinato de líderes sociales
Desde 2016, tras la firma del acuerdo de paz, han sido asesinados 486 líderes comunitarios y ambientales, según la Defensoría del Pueblo. Solo en 2019, la Oficina de Naciones Unidas para los Derechos Humanos ha documentado 60 casos confirmados de asesinato entre 106 reportados.
Este fenómeno ha exacerbado la indignación social, que exige justicia y protección para quienes defienden derechos en comunidades vulnerables.
Temor por el retorno de los ‘falsos positivos’
Otra preocupación creciente es el posible regreso de los llamados “falsos positivos”, asesinatos de civiles atribuidos a agentes del Estado. La oposición denuncia un retroceso en derechos humanos durante el mandato de Duque.
Casos como la muerte de ocho menores en un bombardeo contra disidentes de las FARC, ocultada al público; el asesinato de Dimar Torres, excombatiente guerrillero, a manos del Ejército; y la desinformación sobre Venezuela presentada por el Gobierno ante Naciones Unidas, han contribuido a la movilización ciudadana.
El protagonismo del movimiento estudiantil universitario
El movimiento universitario ha sido uno de los frentes más activos durante el Gobierno de Duque. Los estudiantes llevan años en las calles, impulsando las protestas en varios momentos clave.
Sus principales demandas incluyen mayor inversión en la educación pública y el cumplimiento de acuerdos firmados tras meses de movilizaciones. Sin embargo, denuncian la falta de disposición del Ejecutivo para dialogar.
La agenda anticorrupción y la desconfianza generalizada
La lucha contra la corrupción ha sido otro tema central en el descontento social colombiano. A pesar de escándalos como el caso Odebrecht, la consulta anticorrupción impulsada por sectores opositores no alcanzó el umbral necesario en agosto de 2018, aunque reunió más de 11 millones de votos, superando incluso los obtenidos por Duque en las elecciones presidenciales.
El presidente prometió atender esta agenda, pero finalmente permitió que las propuestas se estancaran en el Congreso. La principal promotora de esta iniciativa, Claudia López, fue elegida alcaldesa de Bogotá en octubre, reflejando el avance de fuerzas alternativas en la política nacional.
El liderazgo de Iván Duque y la crisis política actual
Con más de 10 millones de votos, Iván Duque se convirtió en el presidente más joven de la historia reciente de Colombia. Su toma de posesión en agosto de 2018, a los 43 años, simbolizaba una apuesta por la renovación política.
En sus discursos, Duque prometió superar la polarización que ha marcado al país desde la negociación del acuerdo de paz con las FARC, exacerbada por el partido Centro Democrático del expresidente Álvaro Uribe. Sin embargo, en estos 15 meses no ha logrado ese objetivo, en parte por su ambigüedad frente a la implementación del pacto y su falta de diálogo, lo que ha generado un clima de confrontación ideológica y social.
Por el contrario, el Gobierno enfrenta una creciente movilización social, evidenciada en el paro nacional masivo del jueves pasado, los disturbios y los constantes cacerolazos. Desde su elección, el lema “la resistencia” ha cobrado fuerza entre activistas de diferentes sectores, mientras la desaprobación presidencial alcanza un 69% en las encuestas. Esta desconexión es especialmente marcada entre los jóvenes, que representan un sector clave en las movilizaciones actuales.

