Por Bartolo García
Santiago, RD.- Este 20 de enero, Donald Trump volverá a tomar las riendas de Estados Unidos en una ceremonia de investidura que, por primera vez en 40 años, se celebrará dentro del Capitolio, marcando el inicio de su segundo mandato. El cambio de ubicación de la ceremonia, que tradicionalmente se realiza al aire libre, se debe a las extremas condiciones climáticas previstas para ese día en Washington D.C.
La ceremonia comenzará a las 11:30 a.m. hora local, con la participación de figuras políticas de alto perfil, líderes extranjeros, y empresarios de renombre. La jura del cargo será presidida por el juez John Roberts, presidente de la Corte Suprema de EE.UU., y se llevará a cabo al mediodía. El evento también contará con actuaciones musicales, comenzando a las 09:30 a.m. hora local.
El juramento presidencial se mantendrá fiel a la tradición, donde Trump prometerá “preservar, proteger y defender la Constitución de los Estados Unidos”. Este año, se espera que Trump utilice biblias de gran significado personal y histórico, similar a su primera investidura en 2017.
Dignatarios y líderes mundiales confirmaron su asistencia, incluyendo al ex presidente argentino Javier Milei y otros líderes latinoamericanos, además de importantes figuras políticas europeas y asiáticas. Entre los líderes empresariales, se destacan nombres como Mark Zuckerberg de Meta y Elon Musk de Tesla y SpaceX.
La investidura de Trump no contará con la presencia de algunas figuras como Michelle Obama y Nancy Pelosi, quienes decidieron no participar en el evento. A nivel de entretenimiento, artistas como Carrie Underwood y Village People serán parte del programa cultural que acompañará la ceremonia.
Para garantizar la seguridad, se han implementado medidas excepcionales, incluyendo la instalación de extensas vallas alrededor del Capitolio y un despliegue sin precedentes de fuerzas de seguridad. Estas precauciones reflejan el tenso clima político y las amenazas previas contra la vida de Trump.
Este día promete ser un capítulo significativo en la historia política de Estados Unidos, marcando el retorno de Donald Trump a la presidencia en un contexto de profundas divisiones y desafíos nacionales e internacionales.