Tras la celebración del desfile de la firma de Rihanna, Savage x Fenty, vemos cómo en los últimos meses la moda de baño y la lencería hacen del exhibicionismo su emblema y los detalles ‘cut out’, los tejidos más sexys y las siluetas más atrevidas regresan pisando (muy) fuerte
El confinamiento trajo consigo el furor por la estética ‘cottagecore’ que romantiza e idealiza la vida campestre con diseños etéreos y florales en los que las siluetas ‘oversize’, las mangas largas y los cuellos altos son los protagonistas. A medida que las restricciones se relajaron, la moda se esforzó por hacer lo propio al apostar por transparencias, detalles ‘cut-out’ estratégicos y siluetas entalladas con las que celebrar la nueva normalidad desde la sensualidad más acusada. La misma operación sucedió en el mundo de la ropa interior, en el que los encajes y los diseños XS, en un intento por abrazar la comodidad más deliciosa y hacer de las interminables jornadas en casa una constante fiesta de pijamas, perdieron importante frente al triunfo del algodón, de la lencería ‘granny’ y de los diseños deportivos.
Firmas como Skims y Sloggi pusieron de moda una lencería ajena a la mirada masculina que dejaba claro que ser sexy no dependía de cuánto se enseña, sino de la actitud con la que se hace. El que Victoria´s Secret abandonara el podio de la lencería al cancelar su desfile fue una de las causas del boom por este tipo de lencería. Sin embargo, algunas marcas se resistieron a que el encaje y el satén fueran ensombrecidos y lucharon por demostrar que lo anteriormente señalado, que lo realmente sexy es la actitud, no quiere decir que la nueva sensualidad esté obligada a tener una estética determinada. ¿Es menos empoderador llevar un tanga de satén que una braga de cinturilla elástica de silueta ‘sporty’? Para nada, y Rihanna se ha convertido en la mejor representante de este mensaje.
La cantante y diseñadora ya nos ha dejado sus propuestas de la mano de figuras como Gigi Hadid, Troy Sullivan, Jojo T Gibbs y Precious Lee, toda una lección de diversidad en la que los centímetros de estela se reducen a pasos agigantados sin importar los centímetros más o menos de las pieles de quienes lucen los diseños de Savage x Fenty. “Si puedo diseñar algo que cueste menos de 100 euros y que ayude a la gente a sentirse más segura, lo voy a hacer. Nos hemos acostumbrado a pagar cientos de euros por diseños que no nos hacen sentirnos mejor con nosotros mismos”, explicó la diseñadora antes de su anterior ‘show’, con el que la lencería más atrevida podía compararse con la de Victoria’s Secret, pero ni sus modelos, ni su puesta en escena, ni por supuesto, el mensaje, eran equiparables. La marca de Rihanna cambia las alas de los ángeles de VS por la autoestima.
En esta misma línea avanza Andrés Sardá, la icónica marca de lencería que acaba de sorprender en la Mercedes Benz Fashion Week Madrid al subir a la pasarela a BadGyal, el referente de la música española a la hora de hacer de la sensualidad la nueva nota musical de la industria.
La cantante, que ya lanzó una colección junto a Bershka, se caracteriza por representar el mismo mensaje lanzado por Rihanna, el de que la moda ha de hacernos sentir empoderadas sin que los centímetros de tela sean los que maticen su significado. La mejor prueba de que BadGyal es la embajadora perfecta de esta tendencia es que en sus redes tan solo ha subido un look de la marca, una imagen que ni siquiera procede del desfile y a la que al día siguiente le sucedía otro ‘outfit’ de marcas distintas pero que encajan a la perfección con el ‘flow’ tanto de Andrés Sardá como de la cantante. El nuevo sexy no se paga.
Otra española matriculada con honores en el máster de la sensualidad más explosiva es Jessica Goicoechea, la modelo e influencer que también creó en su momento una colección para Bershka y que conmocionó a sus seguidores cuando lanzó su colección de moda de baño.
Lo hizo cuando eran los diseños de estética retro y de aura ‘pin up’ los que triunfaban, por lo que supuso un cambio en las normas de estilo que parecía destinado a ser abrazado por una minoría. Sin embargo, sus diseños comenzaron a agotarse dejando claro que el exhibicionismo es tendencia también dentro de la moda de baño y que no es exclusiva para una silueta determinada.
Fan de los diseños XXS de Fashion Nova y de Oh Polly, la influencer dio un giro tan radical a las tendencias que cuando mucho después Kylie Jenner lanzó su propia colección de moda de baño, la propia Goicoechea señaló en sus redes el increíble parecido con sus diseños. “Algo estaremos haciendo bien”, dijo Jessica al subir a sus redes una imagen de un diseño de Kylie Jenner prácticamente idéntico a uno de sus trikinis.
No es la única influencer que ha puesto en marcha la magia de los diseños atrevidos con los que triunfar tanto en la piscina como en la playa, pues Anabel Hernández ha lanzado Hap, una firma de moda de baño de estética noventera no apta para pudorosas que ha conquistado a las redes sociales, que han encontrado en sus creaciones un nuevo imán para atraer ‘likes’.
“Debido a la situación COVID que estamos viviendo, tenía claro que la colección de este verano tenía que ser sensual y atrevida, con colores vivos y estampados geométricos que nos hiciera volver a la alegría que tanto nos caracteriza. Hacer siluetas estándar es muy sencillo, y en HAP siempre apostamos por lo arriesgado. Siluetas que realcen el cuerpo de la mujer, sin importar las curvas que se tengan”, explica Anabel, que demuestra, al igual que Rihanna, que la diversidad de siluetas y tallaje encaja a la perfección con los diseños más atrevidos. “Debería ser así. Una mujer es sexy por lo que se pone, no por el cuerpo que tenga. Con mis diseños, trato de demostrar que una mujer con curvas es igual que sexy una mujer más delgada. Todos los cuerpos son bonitos y todos son aptos para lucir Hap”, sentencia.
Si bien es cierto que marcas como Agent Provocateur llevan años apostando por diseños de moda de baño y de lencería de colores atrevidos, acabados provocativos, detalles ‘cut out’ y aberturas irresistibles, la diferencia de una nueva generación de marcas, celebridades e ‘influencers’ radica en que defienden un concepto nuevo de la sensualidad en el que la diversidad es tan importante como el tejido.
El desfile de Rihanna se ha convertido en el relevo perfecto, y necesario, del de Victoria’s Secret, marca que pese a encontrarse inmersa en un proceso de renovación, no ha logrado recuperar su trono. El show de la cantante de Barbados contará con las actuaciones de Nas, Daddy Yankee, Bia, Jazmine Sullivan, Ricky Martin, Normani y Jade Novah y con la presencia de modelos de la talla de Irina Shayk, Emily Ratajkowski, Vanessa Hudgens, Joan Smalls, Adriana Lima, Lourdes León y Behati Prinsloo. La propia marca asegura que la nueva colección se define por sus “marcadas líneas que definen el cuerpo, así como por poco convencionales siluetas que llevan las barreras de la invidualidad un paso más allá para sacar a la malota que todas llevamos dentro”. Sin lugar a dudas, nos espera un despliegue de exhibicionismo lencero dispuesto a subir la temperatura de las redes y de nuestros armarios.
Incluso la Semana de la Moda de Milán recupera los diseños de lencería más atrevidos y los lleva hasta las calles, como hace Kim Jones en su desfile para Fendi, en el que los trajes de chaqueta de pantalones palazzo se combinan con sujetadores triangulares transparentes con motivos de terciopelo, y Roberto Cavalli con sus trajes ‘oversize’ estampados combinados con sujetadores a la vista. Cuando las grandes marcas abrazan incluso las tendencias más atrevidas, queda claro que la sensualidad ha llegado no solo para arrasar en las redes sociales, sino para quedarse.