Por Reynaldo Peguero
Reconocemos al MEPyD y su Viceministerio de Ordenamiento Territorial y Desarrollo Regional (VIOTDR) por la propuesta de Plan Nacional de Ordenamiento Territorial (PNOT). Se distingue que el doctor Domingo Matías, viceministro, en convergencia con 39 especialistas, facilitó la iniciativa resumida en 163 páginas.
Luego de un diagnóstico de relativa objetividad, su capítulo 8, expone 5 lineamientos de políticas, que parecen más una lista de buenos deseos que genuinos instrumentos normativos con presupuesto de inversión pública objetiva.
El PNOT no debiera ser formulado como programa de gobierno alternativo, sino primero a lo primero, con políticas enfocadas en prevenir el uso anárquico del suelo.
El PNOT debiera fortalecer los municipios para que la herramienta pueda imponer un nuevo régimen de consecuencias en materia del uso riesgoso y exclusivamente pecuniario del suelo. El instrumento debiera ser examinado con rigor, tal como hicimos en el Cibao, aunque todavía nos faltó mucho tiempo. Excusas.
Para nuestro asombro, la propuesta PNOT elaborada desterró, el enfoque de trabajar prioritariamente en las dos metrópolis urbanas de República Dominicana; Santo Domingo y Santiago. Desde ellas, valorar ciudades satélites, entornos metropolitanos y regionales.
Metrópolis que acumulan huellas urbanas y poblaciones más extendidas, coincidimos. También acaparan una amplia movilidad; parques industriales, de abasto y comercio de acuerdo a registros de edificaciones, universidades y otros ejes de atracción.
Por el contrario, el PNOT propuesto pretende apostar en materia de políticas públicas por un esquema de inversión pública en infraestructura, viviendas y servicios en zonas menos pobladas y con menor crecimiento urbano. Se obvia, el interesante abordaje de inversión, utilizado en los pasados cuatro años, donde se privilegian diversos ejes productivos de la isla.
Todavía falta madurez al PNOT para ser presentado al Consejo de Ministros y al Congreso Nacional dado que si se institucionaliza este plan, la inequidad territorial crecerá aceleradamente en zonas donde por su actual crecimiento poblacional y edificatorio, realmente requieren de urgente inversión.
Falta mucho más para que la zonificación propuesta privilegie áreas de altas vulnerabilidades sumadas a la protección de la base hidrográfica expresada en cuencas de ríos Nizao, Yaque del Norte y Yuna, que acumulan la mayor cantidad de presas y embalses. La zonificación de áreas de conservación y resiliencia debiera conciliarse con la inversión pública.
Finalmente, se incluyen herramientas utilizadas originariamente en el Plan Estratégico de Santiago (PES), cuya fuente no aparece citada. Tampoco los antecedentes, fortalezas y desafíos que refieran detalles de la lógica del primigenio Plan de Ordenamiento Territorial del Municipio Santiago (POTMSA). En la otra seguimos.