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La frecuencia urinaria es un tema que preocupa a mucha gente y no es raro tener la sensación de que se hace demasiada cantidad o se acude demasiadas veces al baño. “Ir mucho o poco al lavabo puede ser un problema, pero siempre hay que ponerlo en el contexto de cuánto orina uno cada vez”, expone Carlos Errando, jefe de la Unidad de Urología Funcional, Femenina y Urodinamia de la Fundación Puigvert. “Si uno va al baño muchas veces y hace mucha cantidad, es que bebe mucho. Si va muchas veces pero hace poca cantidad, debe ir al urólogo”, señala a modo de orientación general.

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Es importante diferenciar estos dos aspectos: la frecuencia diaria y la cantidad total de orina (diuresis) al día. Se puede considerar patológico tanto hacer mucho como poco pis. La cuestión es, ¿cuánto es ir mucho al baño? Lógicamente, está en relación directa con la cantidad de líquido que una persona bebe. Si alguien bebe mucha agua, es normal que orine con frecuencia. Si no es así, puede tener algún problema, pero también puede deberse a otros factores.

Cuánto hay que orinar según la hidratación

Para saber si alguien está miccionando lo que le corresponde según el líquido que ha bebido, hay que considerar, en primer lugar, que no todo lo que se ingiere es agua; también hay que contabilizar la leche, las infusiones, el gazpacho, la fruta rica en agua… Asimismo, hay que tener presente que no todo lo que se bebe se expulsa por la orina.  “Si alguien orina dos litros al día es porque ha bebido tres”, explica Errando. “De la cantidad total que uno bebe, se pierde aproximadamente un litro en lágrimas, saliva, secreción intestinal, sudor…”. 

El urólogo sabe por experiencia profesional que muchas personas valoran de forma muy subjetiva tanto lo que beben como lo que orinan. Por ejemplo, hay quien dice que orina poquísimo a pesar de beber mucha cantidad de líquidos. Cuando el especialista le pide que anote en un diario todo lo que bebe al cabo de 24 horas, incluyendo agua, té, café, refrescos, etc., muchas veces resulta que apenas llega a unos 800-900 mililitros al día. Cuando se restan las pérdidas a través del sudor, las lágrimas y demás, es muy poca la cantidad que termina orinando. Está claro que ese individuo bebe poco. 

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En el otro extremo, hay personas que aseguran que orinan una cantidad exagerada al día; por ejemplo, 3 litros. Para confirmarlo, el especialista les encarga que registren todo lo que beben al cabo de un día y que midan la cantidad total de pis que expulsan valiéndose de un medidor, con el fin de elaborar una gráfica de frecuencia/volumen. “Cuando uno de esos pacientes vuelve a la consulta con los datos consignados, en primer lugar vemos que en realidad no orina 3 litros, pero puede ser que sí llegue a los dos y medio”. Y cuando el especialista coteja el volumen de líquidos que ha ingerido, comprueba que se aproxima a los tres y medio. De ahí que vaya con tanta frecuencia al baño.

Errando señala que algunas personas beben cantidades exageradas de agua porque creen que adelgaza, algo que no es cierto. “Beber agua adelgaza siempre y cuando se siga un buen régimen”. La hidratación es fundamental cuando se hace una dieta que quema grasas pero, si no se hace régimen “ya puedes beber seis litros al día, que no adelgazarás jamás”.

Cuánto hay que orinar: ¿cinco, seis u ocho veces al día?

En general, se considera normal una frecuencia miccional diurna que no supere las ocho veces al día y no superior a una vez durante la noche. Siguiendo esta referencia meramente orientativa, una persona que beba unos dos litros de agua al día y orine seis veces durante el día puede estar tranquila. Pero falta una variable importante: el tamaño de la vejiga de ese individuo. “Orinará más veces o menos dependiendo del tamaño de su vejiga”, resalta Errando, quien apunta que el “tamaño estándar de la vejiga de una persona varía mucho”. En las mujeres se sitúa en 350 mililitros o más, mientras que los hombres suelen tenerla más pequeña: alrededor de 300 mililitros.

También influyen los hábitos de cada persona. Así, es frecuente que se produzca un aumento del tamaño de la vejiga en quienes tienen que aguantar mucho la orina por necesidades profesionales. Es lo que se puede denominar vejiga de mercado, en alusión a las personas -sobre todo mujeres- que trabajan en un mercado, abren su puesto a las seis de la mañana y no cierran hasta las tres y media de la tarde. Durante todas esas horas no pueden hacer pis porque dejarían sin vigilancia las frutas y verduras. Por eso, sus vejigas llegan a alcanzar los 600-800 mililitros de capacidad.

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Patologías que aumentan o reducen la frecuencia urinaria

Una persona que bebe una cantidad normal o baja de agua y orina ocho o más veces al día podría tener vejiga hiperactiva. Esta enfermedad, que aparece tanto en hombres como en mujeres, se traduce en una contracción de la vejiga sin que la persona la pueda controlar; se vuelve autónoma. Esos espasmos musculares llevan a que la persona tenga ganas de ir al baño con mucha frecuencia a pesar de no haber bebido una gran cantidad de líquido porque el cerebro recibe la señal de que la vejiga está llena. Sin embargo, una vez en el inodoro solo consigue miccionar una cantidad ínfima; por ejemplo, unos 100 mililitros. “Y si no va al baño, esa sensación de micción urgente es muy desagradable e, incluso, puede llegar a escaparse la orina”. 

Errando subraya que la vejiga hiperactiva no es la única enfermedad que conduce a una frecuencia urinaria excesiva. “También puede ser por una infección de orina, una piedra en la vejiga, un tumor…”.

Por otra parte, el urólogo declara que tener una vejiga de mayor tamaño -que permite aguantar más el pis e ir menos al servicio- no es tan infrecuente. “Hay muchos malos hábitos que llevan a fabricar una vejiga grande”, precisa, aunque matiza que “no se considera patológico”.

Lo que sí puede generar problemas es una vejiga que exceda los 800 mililitros, denominada megavejiga. “Estas vejigas grandes tienen tendencia a vaciarse mal porque el músculo de este órgano no logra hacer una contracción suficientemente potente y sostenida y se vacía de forma deficiente”.  El resultado es que queda orina residual que puede generar infecciones.

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