Adriana Terán
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¡Mujeres arriba! Es una frase que ha inspirado un par de películas para hacer el símil entre la posición sexual en la que la mujer está sobre su pareja y estar en control total de cualquier situación.
Aunque es una posición sexual clásica, quizás tan antigua como la historia de la humanidad, causa inseguridad en las mujeres porque -aunque en efecto las pone en control de la acción- sienten que quizás no lo hacen lo suficientemente bien.
Tres recomendaciones iniciales
La mayoría de los alegatos de inseguridad con esta posición se tratan de no saber si está funcionando correctamente el engranaje que debería brindar placer tanto a la pareja como a sí misma, y lo primero, para que funcione en esta y cualquier otra posición sexual, es tener en cuenta que cada cuerpo es diferente. Específicamente en el caso de las mujeres, cada vulva es única con lo cual hay que sacarse de la mente que hay un único método.
Otra recomendación general es darle importancia a la comunicación en pareja, preguntar qué le gusta, en qué momento y reconocer juntos movimientos que les agradan es parte del juego sexual que enriquecerá mucho las relación. Sin embargo, sí existen recomendaciones que pueden ayudar a mejorar esta experiencia.
Y el tercer consejo es entender que el orgasmo, menos frecuente en mujeres que en hombres, según una encuesta de la Universidad de Indiana, no debe ser la meta absoluta de la relación sexual. En el camino también hay mucho por descubrir de nuestro propio cuerpo y de la pareja
La vaquera y el basculeo
La doctora Mónica Aranda, sexóloga clínica, explica que una de las preguntas más repetidas en su consulta está relacionada con esta posición. “¿Cómo sé que lo estoy haciendo bien cuando estoy arriba? Cuando estoy arriba no sé si me muevo bien. Son preguntas que me hacen muchísimo, pero lo más importante que se debe tomar en cuenta deben saber tanto hombres como mujeres es la posición anatómica”.
Con esto, Aranda indica que cuando una mujer está sobre el hombre, la vulva está hacia abajo y entendiendo que el punto de mayor placer es el glande del clítoris, es decir la parte visible ubicada en la parte superior de la abertura de la vagina, lo primordial es bascular la pelvis. “Se trata de mover la pelvis rítmicamente hacia adelante y hacia atrás. Ahora bien, el movimiento y ritmo lo dicta el placer. Puedes empezar con el movimiento de adelante y atrás, pero luego puedes hacer un movimiento redondeado o dar mayor intensidad”.
La especialista destaca que tenemos que hacernos dueñas de nuestra propia coreografía, pero más allá del movimiento del basculeo en sí, debemos comprender que se trata de un conjunto de acciones que suman al placer. “Si tengo suelto el cabello, si me toco, si sudo, mi perfume, mis gemidos, todo suma. Es por eso que no existe solo un tip de cómo moverse”.
“Cada cuerpo es diferente y cuando dos personas están juntas solo ellas saben cómo encajar mejor, como el juego de Tetris. Se trata de un encuentro entre dos personas, seres humanos, con un contexto, con sentimientos, con lo cual no puede ser una fórmula universal para todos”, puntualiza.
La posición al detalle
Según el portal de salud femenina Flo esta posición proporciona la mejor estimulación y la mujer puede controlar el ritmo, la profundidad, el ángulo para un mejor roce y la velocidad.
Al estar encima, la mujer también tiene fácil acceso a la estimulación con sus propias manos y esta postura le da total protagonismo, mientras que a la pareja le brinda acceso directo a la estimulación de otras zonas erógenas, así como un ángulo visual provocador.
Sin embargo, es importante también tomar en cuenta ciertas precauciones. Aunque esta no es la posición sexual más peligrosa, la doctora Kat Van Kirk, terapeuta sexual, señala que esta posición también representa un peligro si se hacen movimientos bruscos o inapropiados. Si no hay suficiente lubricación o si se hace demasiada fricción puede ocurrir una situación dolorosa, además que el peso del cuerpo femenino se concentra en el miembro viril masculino.