Los cambios anunciados por WhatsApp en los términos y las condiciones de uso de la aplicación, generó preocupación y confusión en muchos usuarios, y cuando esto ocurre los cibercriminales y otros actores maliciosos aprovechan la oportunidad para orquestar diferentes campañas de engaño. Y esta vez no fue la excepción.
Según detectó la empresa de ciberseguridad Eset, comenzó a circular un mensaje falso en WhatsApp que asegura que es posible “no autorizar” a que utilice la información personal de los usuarios y que hay una posibilidad de sortear los cambios en las políticas de la aplicación de mensajería.
Son mensajes con contenido falso que se distribuyen a través de cadenas aprovechando el interés que despierta la temática. En este caso, la falsa campaña comenzó a distribuirse a través de la misma aplicación. El contenido indica que si se comparte el texto “No autoriza” entre los grupos de contactos se evitará el uso de información, mensajes, fotos y otros contenido por parte de la compañía.
En este punto hay que aclarar que hay un primer indicio de que se trata de un engaño ya que en las nuevas políticas no se menciona en ningún momento que la aplicación podrá ver mensajes ni ningún otro contenido de los intercambios privados que se hagan dentro de la app.
El engaño también hace referencia a la aparición de una marca de verificación para indicar que el teléfono está protegido contra las nuevas reglas. Esto es falso. WhatsApp extendió recientemente el plazo en el cual las nuevas normativas entrarán en vigencia. Ahora la nueva fecha es 15 de mayo y hasta ese momento los usuarios tienen tiempo de informarse sobre este tema y evaluar lo que deseen, pero luego de esa fecha quien no acepte las condiciones no podrá continuar usando el servicio.
“Este tipo de engaños persigue distintos propósitos, principalmente funcionan como spam y suelen distribuirse simplemente como medio de diversión para sus creadores. Además, suelen ser utilizados para generar incertidumbre entre los receptores, en particular cuando no se tiene toda la información sobre lo que implican los cambios en las políticas de uso de la aplicación”, analizó Camilo Gutiérrez Amaya, Jefe del Laboratorio de Investigación de Eset Latinoamérica, en el comunicado difundido.
El éxito de este tipo de cadenas suele estar basado en el hecho de que provienen de contactos o de una fuente confiable. Dichos mensajes solicitan ser reenviados, por lo que, si el receptor cree en el falso mensaje, se convierte en parte de la cadena de distribución. A raíz de esto, más usuarios pueden verse afectados debido a la facilidad y rapidez con la que los engaños se distribuyen.
Este no es un tema nuevo, existieron mensajes similares que circulaban en 2012 tras la actualización de las condiciones y políticas de privacidad de Facebook. Después, con el lanzamiento de la aplicación Messenger aparecieron casos similares. Y ahora, con los cambios anunciados por WhatsApp, comenzaron a circular mensajes que van en esa línea también.
“Compartir o reenviar este tipo de mensaje es una acción prácticamente inútil y obviamente no evitará la aplicación de las políticas de WhatsApp una vez que entren en vigor. Algunos podrían creer que se trata de mensajes inofensivos y que difícilmente las personas caigan en este tipo de engaños, pero es una realidad que siguen circulando entre las redes sociales y que están siendo compartidos principalmente por los más crédulos. Contrario a lo que se podría pensar, los mensajes en cadena hacen perder tiempo y a menudo difunden consejos falsos o incluso peligrosos para los usuarios desprevenidos. Algo similar vimos con relación al COVID-19 al comienzo de la pandemia y las fake news que circularon en torno al virus”, agregó el especialista.
Por eso es fundamental estar bien informados y actualizados recurriendo a fuentes fiables de información. Una buena fuente no solo permitirá conocer los cambios en las políticas y el impacto que tendrán sobre la seguridad y la privacidad de los usuarios, sino que permitirá a las personas ser capaces de tomar una decisión informada acerca de si aceptar seguir utilizando o no este tipo de recursos.
Además, si no se tiene la certeza de la veracidad de la información, es necesario evitar compartir el contenido, ya que de esta forma se rompe la cadena de la desinformación y se contribuye a que menos personas puedan verse afectadas. “Un usuario informado, es un usuario que puede utilizar la tecnología de una forma más responsable, consciente y, por su puesto, segura”, concluyó Gutierrez.