La exanalista militar estadounidense, que filtró cientos de miles de documentos secretos a la organización de Julian Assange, reitera que no cooperará con la investigación
Chelsea Manning, la exanalista de Inteligencia del Ejército estadounidense que filtró miles de documentos secretos del Pentágono y del Departamento de Estado a la organización Wikileaks en 2010, ha sido detenida este viernes después de que un juez federal la declarara en desacato por negarse a testificar ante un gran jurado que investiga a la compañía de Julian Assange. La decisión del juez se produce tras una breve audiencia en la que Manning, de 31 años, ha confirmado que no tenía intención de cooperar con la investigación, a pesar de que los fiscales le garantizaron inmunidad por su testimonio.
Manning deberá permanecer en prisión hasta que acceda a testificar o hasta que el gran jurado termine su trabajo. Sus abogados han pedido que fuera enviada a casa a cumplir su pena, por complicaciones médicas que padece, pero el juez ha negado la petición.
Chelsea Manning sale en libertad tras siete años en prisión por revelar secretos a Wikileaks
“En solidaridad con muchos activistas que se enfrentan a la adversidad, me mantendré fiel a mis principios”, ha dicho Manning. “Mi equipo legal continúa impugnando el secretismo de este proceso y estoy preparada para enfrentarme a las consecuencias de mi negativa”.
Un juez militar condenó a la exanalista a 35 años de cárcel por la filtración de más de 700.000 documentos, pero solo cumplió siete, gracias a la conmutación de pena concedida por el expresidente Barack Obama en 2017, en los últimos días de su mandato. Por su condición de persona transgénero adaptándose a su vida como mujer, Manning lo pasó particularmente mal en la prisión militar masculina e intentó quitarse la vida en dos ocasiones en 2016.
El caso, que tiene lugar en una corte federal de Virginia, es parte de la amplia investigación sobre Wikileaks y Assange, que se encuentra desde 2012 viviendo en la Embajada de Ecuador en Londres para evitar su arresto. Durante su juicio en 2013, Manning reconoció haber enviado archivos de documentos secretos a Wikileaks. Aseguró haberse comunicado online con alguien que probablemente fuera Assange, pero afirmó que actuó por su cuenta sin ser dirigida por nadie de Wikileaks.
La filtración de Manning lanzó a la fama global a Wikileaks. Años después, la organización de Assange publicó los correos electrónicos del Partido Demócrata supuestamente robados por hackers rusos durante la campaña presidencial de 2016, lo que la convierte en una pieza importante en la investigación del fiscal especial Robert Mueller sobre la injerencia rusa en dichas elecciones que llevaron a Trump a la Casa Blanca. elpais.com