Por Franklin Rosa
La humanidad entra en una época convulsa donde todas las contradicciones están en sus máximas expresiones, acumulando tensiones de diversas naturalezas, que nos conducen hacia una confrontación mundial, la Tercera Guerra Mundial.
Las potencias imperialistas con armas nucleares, y con la persuasión nuclear, para evitar una confrontación de ese tipo de armas que implique la destrucción mutua de los contendientes, se han acostumbrado al juego de la guerra, sin usar armas nucleares. Después que la humanidad vivió los genocidios de Hiroshima y Nagasaki, que los Estados Unidos cometieron en Japón, para dar ejemplo de poder y consagración de su nueva jefatura mundial.
La nueva gobernanza Bipolar entre Rusia y Estados Unidos, que fueron los indiscutibles ganadores de la Segunda Guerra Mundial; iniciaron la Guerra Fría por la hegemonía mundial, donde los pueblos eran los campos de batalla y las víctimas del juego mortal de la guerra.
Los campos fueron bien definidos, la URSS apostó por apoyar las luchas anticoloniales de los pueblos africanos y de todos los países por su independencia; los Estados Unidos por la defensa de potencias coloniales europeas que dominaban la mayoría de los pueblos de Asia y África.
El juego de la guerra comenzó en Corea y Estados Unidos querían usar armas nucleares, cuando los chinos tomaron participación en la guerra, logrando parar el avance de las tropas norteamericanas.
El otro momento crítico, donde se activó la alarma nuclear, fue la crisis de los misiles en Cuba. La diplomacia pudo neutralizar este conflicto y se logró de nuevo el equilibrio de poder al retirar ambos bandos armas atómicas ofensivas colocadas en Turquía y Cuba, y garantizar el respeto a la soberanía de Cuba.
La disolución de URSS en el año 1971 o mejor dicho la claudicación incondicional del imperio ruso y su transformación a un modelo de desarrollo capitalista, coronó al vencedor indiscutible de la Guerra Fría, el imperio norteamericano, el jefe de la gobernanza global.
Del sistema bipolar conformado por los dos grandes bloques militares, la OTAN y el Pacto de Varsovia, a la gobernanza unipolar del imperio norteamericano- OTAN.
Durante la gobernanza global unipolar, el imperio norteamericano, impuso su política, su comercio y su ejército por todo el mundo, continuando la guerra fría a su manera, contra países y pueblos indefensos, cometiendo genocidios de lesa humanidad, como si fueran legítimos, que se justifican por la defensa de la democracia y los famosos derechos humanos, a su antojo.
La guerra Rusia-Ucrania es producto de otro intento de romper el equilibrio geoestratégico entre ambos imperios al tratar de ingresar a Ucrania a la OTAN-EU, y colocar misiles en la misma frontera de Rusia.
Los tambores de guerra resuenan con más intensidad y la amenaza de ambos bandos, a usar armas nucleares, puede desbordar el juego de la guerra que ya tiene grandes perdedores y ganadores.
El pueblo de Ucrania es la principal víctima de este juego macabro de confrontación imperialista, sus dirigentes quieren mantener el juego de la guerra hasta el último ucraniano; no hay forma de derrotar a Rusia, si la OTAN no entra en la confrontación con armas nucleares.
Los pueblos europeos son las segundas víctimas, han sido llevado, a este juego de la guerra, por sus dirigentes que son vasallos de la OTAN-EU, y conducen a sus pueblos a una gran tragedia: inflación, recesión, desindustrialización y bancarrota económica.
Los pueblos del mundo son las terceras víctimas de esta confrontación de los imperios al sentirse amenazado por la inflación, la pobreza y una hambruna global al no recibir trigo y fertilizante de Rusia y Ucrania.
Europa todavía no ve que los objetivos del juego de la guerra por la OTAN-EU se han logrado parcialmente y ellos son los ganadores:
– Han destruido con un sabotaje los gasoductos Nord Stream 1 y 2. Que garantizaban la seguridad energética de Europa.
– Han logrado la dependencia energética de Europa al gas natural de fracking de los Estados Unidos.
– Han destruido al euro y empobrecido a toda Europa.
-Han fortalecido su poder hegemónico sobre el mundo occidental y los privilegios de seguir dominando las finanzas mundiales.
El único objetivo no alcanzado por el Imperio es la derrota militar de la Federación Rusa y su quiebra económica, mediante las 5,400 sanciones que han impuesto a individuos e instituciones.
Vladimir Putin ha salido fortalecido de esta guerra, aumentado su influencia y su peso en el concierto de naciones, ha conseguido apoyo de China, del BRICS y de los países árabes; el 80% de los países del mundo no han sancionado a Rusia.
Putin ha declarado que hay un cambio de época; la muerte del orden unipolar y el nacimiento del nuevo orden mundial multipolar; y Washington ha declarado que Rusia y China tienen la intención de socavar el orden mundial. Salvar el viejo orden unipolar de reglas y normas, a su manera, es la principal tarea del imperio, por esa causa se habla hoy de diálogo y no de guerra.
La paz ha llegado a Ucrania, destruida y convencida que no podrá derrotar militarmente a la Federación Rusa; abandonada por la OTAN y EUA, cuyas sanciones, a los oligarcas e instituciones rusas, no derrocaron al gobierno de Putin.
La solución política está sobre la mesa. El Acuerdo de Minsk que garantiza soberanía, neutralidad de Ucrania y seguridad para toda Europa, debe actualizarse, reconociendo que Crimea es una región histórica de Rusia.