La lucha de Chessie King contra el ‘bullying’ en Internet
La popular bloguera británica Chessie King decidió tomar una postura enérgica contra el ‘bullying’ en Internet de una manera única. En lugar de ignorar las críticas y comentarios negativos, decidió transformar digitalmente su aspecto físico según las críticas que recibía de los ‘troles’. El resultado de este experimento fue impactante y revelador.
La transformación digital de Chessie King
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Todo comenzó cuando Chessie King publicó una foto en lencería real en su cuenta de Instagram. A medida que los comentarios crueles y las críticas negativas llegaban, un equipo de especialistas modificaba digitalmente su imagen a través de Photoshop. Comentarios como “Muy gorda”, “tus brazos son demasiado grandes”, “tu rostro es feo” y “tienes bigotes en lugar de cejas” fueron solo algunos de los ataques que recibió.
El resultado monstruoso
Con el paso del tiempo, la bloguera se vio obligada a alterar radicalmente su figura y rostro. Tuvo que agrandar ojos y labios, reducir el grosor de sus piernas y aclarar su cabello, entre otros cambios. El resultado final fue una figura espantosa que reflejaba la presión de intentar complacer a todos.
El mensaje de Chessie King
Al finalizar el experimento, Chessie King compartió la imagen final en su perfil de Instagram con un poderoso mensaje: “Si cambiáramos nuestro cuerpo por cada trol y escucháramos a cada ‘cyber bully’, seríamos monstruos”. Destacó la importancia de no permitir que el odio en línea se convierta en algo habitual, independientemente del número de seguidores que tengamos en las redes sociales.
El impacto del experimento
El experimento de Chessie King recibió un gran apoyo en la Red, con usuarios elogiando su valentía y destacando la presión irreal que la sociedad impone sobre la apariencia física. Con 333.000 seguidores en Instagram y más de 41.000 visualizaciones en YouTube, la bloguera logró generar conciencia sobre el impacto del ‘bullying’ en línea.
A través de su valiente iniciativa, Chessie King demostró que es fundamental resistir a la presión de complacer a todos y promover la aceptación y el amor propio en un mundo digital lleno de críticas y juicios. Su mensaje es claro: la belleza va más allá de los estándares superficiales impuestos por la sociedad.