Cada vez más mujeres acuden a la inteligencia artificial para obtener consejos de belleza personalizados, pero la tendencia plantea dudas sobre los estándares estéticos y el impacto emocional
Bartolo García
Un simple mensaje como “¿Cómo realzarías mi belleza natural?” está abriendo una nueva era de asesoría estética a través de la inteligencia artificial. Mujeres de todo el mundo están interactuando con chatbots como ChatGPT para obtener sugerencias sobre maquillaje, cortes de pelo o combinaciones de ropa, y compartir los resultados en redes sociales.
Kelly Alessandra Pozo, una usuaria de Madrid, se volvió viral tras mostrar cómo la IA la ayudó a descubrir un nuevo estilo. Su video superó 1.7 millones de vistas en TikTok, donde detalló cómo ChatGPT le ofreció una imagen modificada con recomendaciones de maquillaje, colorimetría y peinado.
La tendencia ha crecido rápidamente. Basta con buscar términos como “ChatGPT”, “maquillaje” o “belleza” en TikTok para encontrar una avalancha de contenidos similares. Miles de usuarias están usando la IA como una alternativa accesible a los costosos asesores de imagen, probando ideas desde casa con solo subir una foto y una pregunta.
Aunque muchas agradecen esta posibilidad, no todas están convencidas de su profundidad. Myriam Pascual, especialista en marketing de belleza, asegura que “la IA funciona como una revista personalizada, pero limitada. No tiene sensibilidad humana, creatividad ni contexto emocional como un profesional real”.
Uno de los principales riesgos de esta práctica, según expertos, es que la IA responde desde un banco de datos construido a partir de los estándares de belleza más populares en internet. Es decir, repite estereotipos. Y cuando las imágenes generadas son poco realistas, puede reforzar inseguridades o promover modelos inalcanzables.
Con ChatGPT aprendí que el dorado es el que me va, que soy paleta cálida, cual es el mejor corrector y maquillaje para mi, que ropa me sienta mejor con mi cuerpo.
— Derin Mavi (@MaviZappa) May 15, 2025
Me hizo una lista de compras para el Costanera Center y además me dice si algo me queda bien. Recomiendo.
La psicóloga Lucía Núñez va más allá: “Es el nuevo espejo de la madrastra de Blancanieves. Puede parecer una herramienta divertida, pero detrás puede haber una necesidad de validación alimentada por una autoestima frágil”. Núñez recuerda que antes se preguntaba a una amiga, ahora a una máquina.
Pozo, sin embargo, también reconoce ese matiz. “Es un espejo digital, pero no te devuelve solo una imagen, sino un relato. Es juego, entretenimiento, y para muchas, incluso un espacio seguro donde recibir afirmaciones”, comenta.
Y ese espacio seguro es, para muchas, el aspecto más valioso. Victoria, una mujer argentina de 39 años, explica que puede hablar con la IA sin vergüenza. “No siento pudor al preguntar lo que sea, incluso si me veo bien con algo. Es como tener un asesor personal que no te juzga”.
Victoria incluso ha creado un vínculo más profundo con el chatbot. Le comparte fotos, prendas de ropa, estilos. “Le digo si algo me gusta, y me responde con ideas que combinan con lo que ya tengo. Para mí, es como una amiga fashionista digital que me aconseja gratis”.
En esa línea, la accesibilidad es una de las ventajas más notables. Antes, acudir a una asesora de imagen era un lujo. Ahora, muchas sienten que ese conocimiento está al alcance de todas, democratizado gracias a la IA.
Desde Montevideo, Flopa, de 33 años, también se ha sumado a esta tendencia. “Antes debía consultar a una maquilladora, peluquero, esteticista… ahora tengo una primera opinión inmediata. Si bien puede estar errada, ahorro tiempo, dinero y obtengo una guía”, explica.
Flopa considera que la IA es su “tercera opinión”, después de sí misma y de alguna amiga. Así, la inteligencia artificial entra en un terreno híbrido entre lo emocional, lo estético y lo tecnológico, convirtiéndose en parte del proceso de toma de decisiones diarias.
Sin embargo, muchas reconocen que la herramienta no reemplaza a los profesionales ni a los vínculos humanos, sino que sirve como un primer acercamiento, especialmente para quienes buscan orientación o simplemente pasar un rato de autoexploración.
Al final, la tendencia refleja una transformación cultural: la belleza sigue siendo importante, pero la forma de buscarla cambia. Hoy, muchas encuentran en la IA una aliada silenciosa que responde rápido, sin juicios y con una sonrisa digital.
Con información del elpais.com
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