La empresa canadiense de biociencias Sunshine Earth Labs anunció este jueves que obtuvo la licencia para producir y vender cocaína, lo que refleja la apuesta de la agencia federal de salud por mejorar las condiciones de seguridad de los adictos en Canadá.
Esta decisión se da después de que el Gobierno diera un giro de 180 grados a su política y despenalizara la posesión de pequeñas cantidades de cocaína, heroína y otras drogas duras, en un intento por hacer frente a una ola de sobredosis que ha matado a miles de personas en el país.
Ottawa concedió en enero una exención del Código Penal a Columbia Británica para el proyecto piloto de tres años; con el objetivo de eliminar el estigma asociado al consumo de drogas que impide a la gente buscar ayuda.
Los defensores de la causa han presionado para que se faciliten puntos de ventas de drogas más seguros para los adictos que corren el riesgo de morir por sobredosis.
Sunshine Earth Labs declaró en un comunicado que había recibido permiso de Health Canada para “poseer, producir, vender y distribuir legalmente hoja de coca y cocaína”, así como morfina, MDMA (éxtasis) y heroína.
El anuncio se produce poco después de que Adastra Labs; que hasta ahora se había centrado en la elaboración de extractos de cannabis, recibiera en febrero una licencia similar.
La licencia de Adastra también le permite producir y vender psilocibina y psilocina, alucinógenos más conocidos como hongos mágicos que producen efectos similares al LSD.
Vender cocaína
“Evaluaremos cómo encaja la comercialización de esta sustancia con nuestro modelo de negocio en Adastra, en un esfuerzo por posicionarnos para apoyar la demanda de un suministro seguro de cocaína”, declaró el director ejecutivo de la compañía, Michael Forbes.
Columbia Británica es la segunda jurisdicción de Norteamérica que despenaliza las drogas duras; después de que lo hiciera el estado estadounidense de Oregón en noviembre de 2020.
La provincia canadiense es el epicentro de una crisis que ha visto más de 10.000 muertes por sobredosis desde 2016.
Eso representa que cada día mueren unas seis personas por consumo de drogas en una población de cinco millones. En todo el país, el número de víctimas mortales ha superado las 30.000.