El hielo es un gran aliado para mejorar, rejuvenecer y embellecer la piel del rostro. Gracias a su poder de frío, tiene la capacidad de cerrar los poros para evitar granos o sebo en el rostro y también posee un gran poder de lifting para contrarrestar las arrugas o las marcas por el transcurso del tiempo.
Las bajas temperaturas del hielo proporcionan un efecto de relajación en la piel y permiten que la misma se desinflame, luciendo luminosa y humectada. Por otro lado, genera un efecto tensor en la piel, mediante el cual se logran reducir las líneas de expresión, las arrugas y se elimina la flacidez facial.
La manera de utilizar esta técnica es esparciendo un hielo limpio, durante al menos tres minutos sobre el rostro. Esta rutina de belleza puede realizarse por la mañana, para desinflamar el rostro luego de dormir, y por la noche, para sentirlo más relajado antes de acostarnos.
Entre los varios beneficios que ofrece el hielo para la piel, se destacan el poder curativo contra el acné, gracias a que contribuye a cerrar los poros y evitar el exceso de sebo. Por otro lado, disminuye las ojeras y las bolsas, al mismo tiempo que quita las manchas en las mejillas y la nariz.