La pareja se conoció en Nueva Orleans y hoy comparten una vida familiar con tres hijos y un matrimonio discreto pero sólido
Bartolo García
Santo Domingo, R.D. – La historia de amor entre el astro de la NBA Anthony Davis y la dominicana Marlen Polanco ha capturado la atención del público por su sencillez, autenticidad y discreción. Lejos del bullicio del espectáculo deportivo y del glamour hollywoodense, su relación es ejemplo de que el amor puede surgir en los lugares más cotidianos.
Según versiones difundidas en redes sociales, Davis conoció a Marlen mientras ella trabajaba como camarera en un restaurante de Nueva Orleans. Lo que en principio fue una coincidencia casual, se convirtió en una conexión genuina que superó barreras como la fama y los prejuicios.
Marlen, de ascendencia dominicana, no se dejó deslumbrar por la presencia del famoso jugador de la NBA, quien por aquel entonces militaba en los New Orleans Pelicans. Su actitud serena y reservada fue lo que más llamó la atención de Davis, quien empezó a frecuentar el restaurante con más frecuencia para acercarse a ella.
A pesar de los desafíos comunes en las relaciones con figuras públicas, Anthony Davis se mantuvo firme en sus intenciones, demostrando que su interés en Marlen era más profundo que cualquier atracción superficial. La constancia del jugador fuera de la cancha fue clave para ganarse la confianza de quien hoy es su esposa.
La pareja formalizó su relación en septiembre de 2021, con una elegante ceremonia en un exclusivo hotel de Beverly Hills, California. El evento fue privado y contó con la presencia de familiares y amigos cercanos, destacando el deseo de ambos de mantener su vida personal fuera del foco mediático.
Antes de casarse, ya habían iniciado una vida familiar juntos. Su primera hija, Nala, nació en 2017 y representó un paso importante en el fortalecimiento de su vínculo. Desde entonces, han ampliado la familia con el nacimiento de otros dos hijos en 2022 y 2023.
Uno de los rumores más llamativos en torno a su relación es la supuesta cesión de parte de la fortuna de Davis a Marlen antes del matrimonio. Aunque no existen documentos públicos que respalden esta versión, la idea ha alimentado la admiración por la pareja, reforzando la imagen de Davis como un hombre entregado y comprometido.
Lo que sí está confirmado es que Davis ha sido un firme defensor de los valores familiares, señalando en distintas entrevistas que su mayor motivación está en su esposa y sus hijos, a quienes considera su mayor logro personal.
Marlen ha mantenido un perfil bajo, alejada de las redes sociales y de la vida pública, enfocada en su rol como madre y esposa. Esta decisión ha sido clave para preservar la estabilidad de su hogar, especialmente considerando la presión constante a la que se enfrentan las parejas de celebridades.
A pesar de su fama, Anthony Davis ha preferido construir una vida familiar sólida, priorizando el amor, el respeto mutuo y la tranquilidad de su hogar. Para muchos, esa elección demuestra que el éxito personal no solo se mide en trofeos o contratos millonarios, sino en la capacidad de formar una familia unida y feliz.
La historia de Davis y Marlen recuerda que el verdadero amor no se basa en apariencias ni estatus, sino en la confianza, el apoyo mutuo y la decisión consciente de compartir la vida con quien se ama.
Hoy, mientras Davis continúa su carrera en los Dallas Mavericks, su hogar se mantiene como el refugio donde encuentra su mayor fortaleza. Marlen, desde su rol, se ha convertido en una pieza fundamental del equilibrio emocional del atleta.
Con tres hijos y una relación que ha desafiado la lógica del mundo del espectáculo, Anthony y Marlen demuestran que el amor auténtico aún puede florecer en medio de la fama y permanecer firme con el paso del tiempo.