Bartolo García
San Sebastián.– La actriz Angelina Jolie vivió una jornada intensa en el Festival de San Sebastián, donde presentó la película Couture. Aunque solo permaneció unas horas en la ciudad, su presencia dejó una huella imborrable entre los asistentes.
La confirmación de su asistencia se produjo pocos días antes, ya que Jolie se encuentra rodando en Londres la serie Anxious People, dirigida por Marc Forster. Aun así, quiso estar en Donostia para apoyar el filme de Alice Winocour.

La estrella llegó al mediodía al hotel María Cristina, entrando discretamente por una puerta de servicio, y más tarde desfiló por la alfombra del Kursaal para asistir a la gala de presentación de la película.
Couture compite en el festival y narra, a través de un mosaico de personajes femeninos, la vida en torno a la moda de París. Jolie interpreta a Maxine Walker, una directora de cine que enfrenta un divorcio y un agresivo cáncer de mama en medio de su mejor momento creativo.
La historia tiene un profundo vínculo con la vida de Jolie, quien en 2013 se sometió a una doble mastectomía preventiva tras conocer su alto riesgo genético de padecer cáncer. Más tarde también se extirpó los ovarios.

Durante la rueda de prensa, la actriz recordó que perdió a su madre y a su abuela a causa de esa enfermedad. “En mi caso fue una elección, pero muchas mujeres no tienen esa posibilidad. Es muy importante mostrar en pantalla ese viaje para que el público lo entienda”, señaló con emoción.
Jolie aseguró que el rodaje de Couture fue un proceso sanador, en el que encontró paralelismos entre la moda, la enfermedad y la lucha interior. “Hay una guerra y una esperanza por lograr una vida sin sufrimiento. El cine ayuda porque nos reúne para compartir como seres humanos”, expresó.
El momento más sorprendente llegó cuando, tras una larga pausa, confesó: “Amo a mi país, pero no lo reconozco en este momento”. Explicó que le preocupan las divisiones y las restricciones de libertades que observa en Estados Unidos y en otras partes del mundo.
En un instante íntimo, Jolie compartió que llevó un collar de su madre durante el rodaje para sentirse protegida. Recordó que Marcheline Bertrand solía escribir cartas a los personajes que interpretaba su hija. Entre lágrimas, admitió que no podía imaginar qué le habría escrito a Maxine.

La rueda de prensa, que comenzó con 20 minutos de retraso y duró unos 40, fue breve pero intensa. Jolie habló menos que la directora y sus compañeros, pero cada una de sus palabras resonó con sinceridad y fuerza.
El público que aguardaba a las puertas del Kursaal pudo saludarla a la salida. Muchos destacaron la humildad y cercanía con la que se dirigió tanto a periodistas como a seguidores.
Finalmente, Jolie regresó a Londres para continuar con su rodaje, pero dejó en San Sebastián un recuerdo cargado de emociones, valentía y reflexiones sobre la vida, la enfermedad y el poder del cine.
Con Couture, Angelina Jolie no solo presentó una película, sino también un testimonio personal que conmovió al Zinemaldia y reafirmó su papel como actriz comprometida y voz influyente en debates sociales y humanos.
Con información del elpais.com

