La empresaria de 25 años no ha parado de crecer tras su salida del programa con nuevos proyectos y colaboraciones
Desde hace aproximadamente dos años, a Ana Iglesias (Madrid, 1995) le preguntan una y otra vez lo mismo. Formulado, quizás, de distintas maneras y en diferentes contextos. ¿Qué se te da mejor, el diseño de joyas o la cocina? Cuesta procesar que una mujer que se coronó como la ganadora de la octava edición de MasterChef pueda combinar su gran pasión con otra, al parecer, tan diferente: su marca de joyas Dosprimeras.
Ella diseña, cocina y comunica. “Las tres facetas forman parte de mí y ninguna es más importante que la otra”. El éxito de Iglesias no ha sido un camino de rosas. Rara vez se habla de que el emprender comporta fracasar, fracasar y volver a fracasar. Esa es la verdadera clave del éxito: no desistir. Así se labró una carrera en el mundo de la cocina, la moda y la comunicación esta joven estudiante madrileña con apenas 25 años.
Lanzó su propia marca de joyas mucho antes de salir en televisión y convertirse en un referente para muchos. ¿En qué momento se le pasó por la cabeza meterse en la dura piel del emprendedor?
Esta idea se me ocurrió cuando estaba estudiando el grado de derecho. No me emocionaba mucho la carrera y siempre había querido emprender en algo. En el segundo curso quise empezar un pequeño negocio, que jamás pensé que ahora llegaría a dar trabajo a cuatro personas.
Diseñé mis primeros pendientes, para ver qué acogida tenían. sorprendentemente gustaron mucho y gente desconocida comenzó a escribirme para preguntarme cómo podían conseguir los suyos. Poco a poco fui avanzando hasta hacerme autónoma, luego sociedad, y ahora tengo a tres personas más conmigo.
El sector de las joyas es un ámbito en el que cada vez hay una mayor oferta. ¿Cómo compite con el resto?
Cuando yo empecé, en 2016, no estaba de moda tener una marca en Instagram, ni tener una firma de pendientes. En aquel entonces estaban las marcas de toda la vida, no había mucha oferta. Ahora hay mucha competencia en Instagram, lo bueno es que esta plataforma te permite llega a mucha gente.
Lo que nos diferencia de los demás es el estilo y los valores. Somos una marca alegre, desenfadada, un poco hippie. El valor con el que más identifico la marca es el de la perseverancia. Dosprimeras es una marca que lancé a los 19 años y, hasta ahora que ya tengo 25, ha habido un largo recorrido de superación, dedicacón y mucho trabajo.
¿Es verdad que se necesita un gran capital para comenzar un proyecto?
Para nada. De hecho, yo no tuve ninguna financiación. En mi casa no había la situación más magnífica del mundo, así que empecé la marca con 150 euros que había conseguido al hacer tres caterings como camarera. Lo que ganaba lo reinvertía y así estuve dos años hasta que pude tener mis ahorros.
Cuando empiezas con alguna financiación es un poco más fácil, aunque nadie te asegura que vaya a ir bien el proyecto. Yo estoy muy orgullosa de mis inicios. La gente tiene que arriesgarse. No pasa nada por fracasar. Para llegar al éxito, dicen, hay que fracasar cinco veces. Desde que empecé la marca no ha sido para nada un camino de rosa. He caído muchas veces, sobretodo en el plano psicológico, es muy complicado estar solo al principio porque todo tienes que asumirlo en soledad, lo bueno y lo malo.
Su paso por MasterChef se habrá visto reflejado en un aumento de ventas. ¿Está el número de followers directamente relacionado con el éxito o las ventas de una marca?
Es muy importante que las marcas se muevan en redes como Instagram porque te da mucho alcance. Pero no vale con tener esos seguidores y haberlo conseguido en un momento determinado y ya. Las redes hay que trabajarlas cada día.
Yo creo que la clave del éxito es que ese embajador de tu marca, el que está exponiendo tu producto, comunique bien y de verdad transmita lo que quieres contar a la gente. No me sirve de nada enviarle a un influencer unos pendientes si no los va a enseñar bien y no va a contar un poco su esencia y background.
A la gente que le gusta la moda, ¿le gusta también estar bien vestido en la cocina?
No todo el mundo le da la misma importancia, pero yo intento llevar esa moda a la cocina y que uno se sienta a gusto, guapo y de alguna manera especial mientras está cocinando.
En la cocina, con un delantal de Dosprimeras. Pero en la calle, ¿cómo definiría su estilo diario?
Es muy desenfadado, casi nunca voy arreglada. Mi look habitual son unas zapatillas Converse y pantalones rotos y siempre con camisas, blusas o jerséis con mangas abullonadas o hombreras.
¿Qué marca caza mejor su esencia?
La marca de mi cuñada, White&One, me encanta y me siento muy identificada. Son cosas muy de mi estilo. También voy mucho de Zara, es ropa muy natural. No me gusta lo excéntrico, me gusta verlo en la gente, pero yo me veo rara.
¿Una primera intuición o una gran reflexión?
Soy de la primera intuición. Si alguien me da buena impresión desde el principio o tengo ese ‘feeling’ especial, me vale. Esto también me lo llevo al trabajo. Me gusta trabajar con esas personas con las que conectas en un primer momento.
¿Cuáles son sus próximos planes?
Estoy trabajando mucho, conociendo a mucha gente. Estoy haciendo entrevistas a celebrities o emprendedores que tengan alguna historia que contar. Trabajando y haciendo recetas con marcas que admiro, como la última campaña en la que he trabajado con el equipo de La Gula del Norte.
Por último, ¿qué les diría a todos aquellos que quieren emprender y no saben cómo?
MasterChef me ha dado la oportunidad de comunicar y dar a conocer mi estilo de vida. Les diría que se arriesguen, que no le tengan miedo al fracaso, que para triunfar hay que fracasar bastantes veces. No pasa nada, quizás te equivocas en tus primeros proyectos, pero quizás ese último es el que les hará feliz. lavanguardia.com
Por SANDRA ARBAT