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La violencia intrafamiliar se incrementa durante la cuarentena, perjudicando a los menores de edad. Para Óscar Misle, orientador familiar y psicoterapeuta, la pandemia potencia la «realidad psicosocial», asociada al desempleo y a las exclusiones.

Altice

El pasado 3 de mayo, Belexis del Mar Morales Alcalá (33) y Chery Alberto Ríos Pérez (49) sostuvieron una acalorada discusión. Vecinos aseguraron escuchar gritos, insultos, golpes en las paredes y un ruido contundente en el suelo, como si se tratase de un objeto que fue lanzado de forma intencional.

Nadie en la comunidad de Trapichito, parroquia Guarenas, sospechó que se trataba del hijo de la pareja, un bebé de tres meses de nacido, cuyo cadáver fue escondido luego en la nevera para evitar su descomposición y sepultado días después en un terreno baldío del municipio Plaza, estado Miranda.

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El plan vino después. La pareja simuló el rapto del bebé y alertó a los cuerpos de seguridad, que luego activaron un protocolo de búsqueda, según versión ofrecida por los padres.

“Dos hombres a bordo de una moto nos abordaron y arrancaron al bebé de nuestros brazos”, fue el testimonio ofrecido por Morales Alcalá, momento en que fue interrogada. Pero la versión no coincidía con la de Ríos Pérez, por lo que se determinó que ambos mentían.

Un testigo indicó que vio a la pareja merodear por la zona montañosa del sector y que además le pidieron cal, un material usado comúnmente para preservar cadáveres.

Luego de extensos interrogatorios, la madre del bebé confesó: en medio de la discusión, el bebé fue lanzado al piso y murió de forma inmediata. En la nevera, fue envuelto con una manta y cal, luego lo sepultaron y fingieron el rapto. Los homicidas fueron puestos a la orden del Ministerio Público del estado Miranda.

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De acuerdo con Óscar Misle , orientador familiar y psicoterapeuta, en este tiempo de confinamiento obligatorio como medida preventiva para evitar la propagación de la COVID-19, surge a flote una «realidad psicosocial» y que no solo afecta a los más desfavorecidos económicamente.

Es una realidad asociada al desempleo, a las exclusiones, al cómo conseguir comida, cómo mantener a los hijos, a cuál de los padres atribuirle la carga monetaria y según Misle, éstos son elementos que desatan una violencia intrafamiliar.  elcooperante.com

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