Por Salvador Holguín, diciendo lo que otros callan.
El presidente Luis Abinader, finalmente, ha comenzado a tomar las decisiones firmes que durante meses le reclamamos con responsabilidad y prudencia. Era impostergable actuar sin titubeos frente al deterioro provocado en el sector energético y en el metro, por funcionarios incapaces, mediocres y, en algunos casos, conspiradores, que con su ineficiencia habían convertido áreas estratégicas del Estado en un verdadero campo minado.
Con el Decreto 653-25, el mandatario designó a Alfonso Rodríguez Tejada como nuevo administrador general de la Empresa de Transmisión Eléctrica Dominicana (ETED) en sustitución de Martín Robles. Una decisión correcta, necesaria y urgente. Lo advertimos a tiempo: si el presidente no intervenía, los riesgos para la estabilidad del país continuarían escalando.
Este movimiento confirma que el jefe de Estado comprendió que había que agarrar el toro por los cuernos, dominarlo y cortarle la cabeza, además de retomar el control técnico y político del sistema eléctrico y enviar un mensaje contundente en su gobierno de que se acabó la improvisación y que no habrá espacio para quienes pretenden jugar a dos agendas dentro del Estado.
La estabilidad nacional estaba en juego
Durante semanas alertamos sobre la falta de dirección y disciplina interna que estaba abriendo grietas peligrosas. La indignación ciudadana ante episodios recientes, desde el caos en el Aeropuerto Internacional de Las Américas hasta el apagón nacional que sembró pánico e intranquilidad en millones de dominicanos, no fue casual.
Aunque cada uno de estos hechos tenga su propia lectura, coincidieron en un punto clave: la permisividad, descoordinación técnica y ausencia de supervisión, estaban creando un ambiente propicio para la inestabilidad. Era inadmisible, el presidente lo entendió y actuó. Por eso, estos cambios no solo son oportunos, eran obligatorios para preservar la gobernabilidad del país.
Reorganización del transporte: otra señal de autoridad
A estas medidas se suma el Decreto 652-25, mediante el cual el presidente Abinader dispuso una profunda reorganización del Sistema Integrado de Transporte. Como parte de estas disposiciones, designó a Jhael Isa Tavárez como director ejecutivo de la Oficina para el Reordenamiento del Transporte (OPRET), tras destituir al ineficiente e incapaz Rafael Santos, quien “no dio pie con bola” en esa institución, creando una crisis sin precedentes y un malestar social a la gestión del presidente Abinader.
Decisiones como estas evidencian que el mandatario está retomando el control de su administración que había sido boicoteada por sectores que estaban llevando una agenda que no tenía nada que ver con los intereses del pueblo dominicano ni con su visión de gobierno.
Presidente Abinader: siga cortando cabezas que faltan más
Aunque las recientes destituciones y designaciones representan avances importantes, el país sabe que aún quedan funcionarios ubicados en posiciones estratégicas, cuya permanencia contradice la eficiencia, capacidad y compromiso del gobierno. Entre ellos se encuentran: José Luis Actis, gerente general de Edesur; Mario Pizarro, gerente general de Edeeste; Gustavo Martínez, gerente general de Edenorte y Celso Marranzini, presidente del Consejo Unificado de las Empresas Distribuidoras de Electricidad (CUED), quienes en el ejercicio de sus funciones no han demostrado compromiso ni lealtad para con usted presidente Abinader.
Muchos de estos directivos han exhibido incapacidad operativa, falta de resultados o comportamientos que fortalecen la percepción de que están más comprometidos con sus propias agendas económicas, empresariales y políticas, que con las necesidades y la estabilidad del país.
El pueblo está cansado de quienes se hacen llamar “técnicos”, “expertos” o “gerentes”, pero que en la práctica se convierten en obstáculos, fiascos o saboteadores silenciosos de doble moral de un sistema eléctrico que continúa pesando sobre los hombros del contribuyente dominicano.
Conclusión: el país quiere orden, resultados y liderazgo
Las más recientes decisiones del presidente envían un mensaje claro y directo: está gobernando con autoridad. Sin embargo, aún quedan piezas que deben salir si su administración quiere consolidar la estabilidad y eficiencia ante el pueblo dominicano, además de recobrar la confianza y credibilidad que exige la nación que lo eligió.
Hoy más que nunca, es necesario desmontar la estructura y cártel de ineficientes y boicoteadores que por años se enquistó en las áreas eléctricas del Estado. Siga firme señor presidente, el país lo observa y lo respalda cuando actúa con determinación.
Cuando se gobierna con carácter, se procede, se habla claro y se toman decisiones valientes, siempre habrá periodistas y ciudadanos comprometidos como yo para reconocerlo y apoyarlo… y también para recordarle que todavía faltan cabezas por cortar para que nuestro país siga el sendero del cambio.

