Por Franklin Rosa
En La Guerra Fría, entre Estados Unidos y la URSS por la hegemonía mundial, los contendientes comprendieron el juego de la guerra, teniendo como contención, para evitar una confrontación nuclear, los parques de misiles con cabezas nucleares, como forma de disuasión nuclear, y nunca se atrevieron a activar los códigos de las armas nucleares del maletín negro.
Las grandes derrotas militares sufrida por Estados Unidos, en Corea, Vietnam y Afganistán, no se atrevieron a usar las armas nucleares, utilizaron armas convencionales letales como el fósforo blanco y el napalm, masacrando bárbaramente al paupérrimo pueblo de Vietnam, sin poder evitar la derrota.
La misma situación, pero más grave, pasó en la crisis de los misiles en Cuba, que al punto mismo de estallar la guerra nuclear, se negoció y se retiraron los misiles nucleares de Turquía y Cuba.
En el caso cubano las dos potencias nucleares Estados Unidos y la URSS salieron triunfantes, pues consiguieron sus objetivos estratégicos, perdió Cuba, que ha tenido que luchar por más de 60 años contra un bloqueo total, y la hostilidad permanente de un gran imperio.
El juego de la guerra continúa a pesar de las grandes consecuencias para la humanidad. La nueva versión de la Guerra Fría empieza con el resurgimiento de la Federación Rusa en el concierto de naciones, con una actitud independiente, confrontando en el Medio Oriente las políticas norteamericanas, salvando de la derrota al gobierno de Siria.
La nueva Guerra Fría empieza con el golpe de Estado del 2014 en Ucrania, la guerra civil y la ocupación de Crimea por Rusia.
En la guerra Rusia-Ucrania los Estados Unidos tienen objetivos estratégicos muy concretos los cuales han logrado:
1- Evitar la alianza económico política de Alemania y Rusia.
2- Destruir los gasoductos Ruso- Alemán, los Nord Stream 1 y 2.
3- Lograr la dependencia de Europa del petróleo y el gas natural de Estados Unidos.
4- Lograr una frontera cercana a los centros de Mando de Rusia como es Ucrania, al lograr la integración de Finlandia a la OTAN-EU.
5- Sacar a Rusia como socio del G7 y excluirla del mundo capitalista occidental y de Europa, y quitarle el negocio de ventas de productos energéticos como petróleo, gas y carbón que tiene un mercado de un millón de dólares diario.
6- Arrastrar a la OTAN-EU y a toda Europa a su confrontación con China que ha sido identificada como su principal enemigo.
7- Salvar de la quiebra a los productores del fracking, del gas natural licuado, al venderlo a Europa a un 30% más caro que el gas ruso y sacar del letargo al complejo militar Industrial realizando inversiones millonarias para la guerra.
Los objetivos estratégicos alcanzados por los Estados Unidos confirman que han ganado la guerra y los geopolíticos de quebrar la economía, de cambiar el gobierno, o destruir a la Federación Rusa mediante la derrota militar están por verse.
Los objetivos estratégicos de Rusia, que han logrado en este juego de la guerra por la hegemonía mundial son:
1- Lograr su acceso a aguas cálidas con la ocupación de Crimea y la región de Donbas
2- La desmilitarización de Ucrania al destruir toda su infraestructura militar.
3- Ampliar su frontera con Europa al integrar a Bielorrusia y equiparla con armas nucleares compensando así la integración de Finlandia al lado de la OTAN-EU.
4- Consolidar su posición geopolítica creando la base para el nuevo orden mundial multipolar con la alianza estratégica sin límites China- Rusia.
5- Fortalecer el BRICS y los sistemas de pago en moneda nacionales como sustituto del dólar y su sistema SWIFT, usado como arma económica para sancionar a los países y aislarlo del comercio internacional.
Los objetivos estratégicos logrados por Rusia también confirman que ha ganado la guerra y los objetivos geopolíticos de la conformación de un nuevo orden mundial multipolar están también por verse.
Los países que han perdido en este juego de la guerra son Ucrania, toda Europa y el mundo.
Ucrania, su pueblo y su juventud crucificada, con el lema, hasta el último ucraniano, sus ciudades destruidas, su pueblo disperso por toda Europa y una gran catástrofe humanitaria. El juego de la guerra y la codicia del capitalismo salvaje necesitan más sangre para parar la guerra.
Europa y su locomotora económica Alemania están en caos, con las perspectivas de desindustrialización, inflación y energía cara para toda la vida, a expensas de la famosa, pero incierta, transición energética hacia una energía limpia. Aumentando su presupuesto militar y descuidando las políticas sociales, imponiendo más sacrificio a sus pueblos.
La humanidad y todos los pueblos del mundo hemos perdido la paz con la nueva Guerra Fría. El nuevo juego de la guerra traerá consigo una catástrofe alimentaria, más inflación y desempleo.