Blonde, el biopic de Marilyn Monroe protagonizado por Ana de Armas, ya no es una de las películas más misteriosas de la temporada… pero sigue siendo una de las más polémicas. Así pues, la actriz cubana ha tenido que salir de nuevo en defensa del filme y de su director Andrew Dominik, asegurando que el rodaje de la cinta no tuvo nada de traumático para ella.
En una entrevista para Entertainment Weekly (vía IndieWire), De Armas ha asegurado que todo fue como la seda durante sus escenas de desnudos. “La gente lo pasa peor viendo esas escenas que yo rodándolas, porque sabía lo que estaba haciendo y me sentí muy protegida y segura”, afirma.
“No me sentí explotada porque yo tenía el control”, prosigue De Armas. “Yo tomé la decisión. Sabía qué película estaba haciendo. Confiaba en mi director. Me sentía en un entorno seguro. Tuvimos cientos de conversaciones sobre esas escenas. Todos teníamos un profundo respeto por la película que estábamos haciendo y, en ese sentido no tenía miedo”, añade la actriz, que pese a todo reconoce que las escenas en cuestión resultan “muy duras”.
Asimismo, aunque señala que la presencia de una coordinadora de intimidad durante el rodaje fue “muy útil”, Ana de Armas insiste en que las escenas en cuestión no fueron “más difíciles que las demás”. “Eran parte de una historia”, señala. Y añade: “Yo sabía exactamente lo que se iba a ver y lo que no se iba a ver, y sentía que era lo correcto”.
Basada en la novela de Joyce Carol Oates sobre la actriz de Con faldas y a lo loco, Blonde es la primera película de Netflix calificada para mayores de 17 años en EE UU. La cinta se estrena el 23 de septiembre en cines, y el 28 de septiembre en la plataforma.