Varias ciudades chinas cancelaron festejos con motivo de la festividad veraniega japonesa Matsuri a raíz de un polémico incidente en Nanjing (este) en el que una mujer colocó placas conmemorativas de oficiales militares japoneses en un templo local, informó este miércoles el diario local Global Times.
El templo Xuanzang de Nanjing se vio obligado a cerrar sus puertas al público y tres funcionarios de la ciudad relacionados con el lugar fueron destituidos a mediados de mes tras aparecer en las redes sociales la noticia de que cuatro placas conmemorativas de oficiales japoneses participantes en la matanza de Nanjing, sucedida en 1937, se exhibían en el recinto.
Entre las lápidas se hallaba la de Hisao Tani, considerado por China como uno de los perpetradores principales de la masacre y que después de la II Guerra Mundial fue juzgado públicamente, declarado culpable en el Tribunal Militar de Nanjing, y ejecutado.
Después de que algunos internautas pidiesen su boicot, un festejo de Matsuri en Nanjing fue cancelado.
Desde entonces, otras ciudades como Dali (sur) o Zaozhuang (este) siguieron los pasos de Nanjing y anularon sus fiestas de Matsuri.
Según el experto en relaciones internacionales Liu Jiangyong, citado por el rotativo, la fiesta «se ha hecho popular en China durante los últimos años y en ella suelen participar japoneses que viven en China y chinos interesados en la cultura japonesa».
El reciente asesinato en el país nipón del ex primer ministro japonés Shinzo Abe reavivó algunas tensiones entre China y Japón.
Abe ejerció de primer ministro entre 2012 y 2020, período durante el cual se tensaron las relaciones entre China y Japón a cuenta de cuestiones como las disputas territoriales en las islas Diaoyu, conocidas en Japón como Senkaku, o las visitas de Abe y otros funcionarios japoneses al polémico santuario tokiota de Yasukuni, ligado al pasado militarista del país y fuente de roces diplomáticos con varios países vecinos de Asia.
Tras el asesinato, se produjeron expresiones puntuales de celebración en redes sociales chinas como Weibo, el equivalente en el país a Twitter.
Pese a que las producciones audiovisuales, la cultura y los productos procedentes del vecino nipón son populares en China, dicha realidad convive con el recuerdo de la invasión japonesa del país en los años 30 del siglo pasado.
Frecuentemente suceden en China peticiones de boicot a productos o elementos japoneses a raíz de polémicas relacionadas con dicho pasado.
Durante la II Guerra Mundial, Japón invadió buena parte del territorio chino, donde cometió graves crímenes de guerra, tales como sistemáticas matanzas de civiles, experimentación con armas biológicas o uso de mujeres chinas como «esclavas sexuales» por parte de oficiales del Ejército nipón.