Veintenas de trabajadores indocumentados, entre ellos varios dominicanos, participaron de una protesta este miércoles contra la gobernadora Kathy Hochul, por no incluirlo en el presupuesto del estado de 216 mil millones de dólares.
Los protestantes reclamaban los 3,000 millones de dólares que han pedido para el Fondo de Trabajadores Excluidos, creado el año pasado para afectados por la pandemia que no fueron beneficiarios de las ayudas del Congreso federal.
Se estima que 50,000 familias se quedaron sin recibir ayuda, y su situación se agrava ya que el sábado concluyó la moratoria sobre los desalojos.
Entre los que protestaron estuvieron vendedores ambulantes, trabajadoras domésticas, y obreros de la construcción, entre otros de la economía informal, quienes gritaban a Hochul desde la calle “esenciales por siempre, excluidos nunca más”.
La gobernadora presentó este martes el nuevo presupuesto, que incluye nuevos emprendimientos del estado como la venta de marihuana y las apuestas deportivas, pero no incluye ayuda para los trabajadores indocumentados, ni asistencia para el alquiler.
Nueva York espera comenzar a emitir licencias para los vendedores de marihuana recreativa para adultos en algún momento del próximo año, con unos ingresos previstos de hasta 56 millones de dólares hasta marzo de 2023. El presupuesto incluye fondos para ayudar a minorías que deseen ingresar en este negocio.
Asimismo, el estado comenzará a aceptar ofertas para tres nuevos casinos este año, un año antes de lo previsto. Mientras tanto, se espera que el reciente lanzamiento de las apuestas deportivas móviles en NY aporte $249 millones de aquí a marzo, dijo Hochul.
Dominicanos que participaron en la protesta, solicitando no identificarlos, manifestaron que ellos (los indocumentados) efectúan trabajos esenciales, formamos parte en un 45% de la fuerza laboral en la Gran Manzana y contribuimos a los más de 200 mil millones de dólares a la economía neoyorkina anualmente. La gobernadora nos está maltratando, indicaron.
La protesta concluyó frente a la residencia de Hochul en Manhattan sin ningún incidente. Un cordón de policía la vigiló.
Por Ramón Mercedes