El deporte en la sociedad constituye un agente promotor de la calidad de vida, de salud y de educación, además de organización comunitaria. El individuo se educa en el deporte, ya que a través de él interioriza una serie de valores básicos para su socialización. Pero, es también mediante sus acciones que el deporte adopta progresivamente sus formas y expresiones (compañerismo, solidaridad o violencia). El carácter formativo del deporte se demuestra continuamente en su práctica. La preparación de una competición, el rigor del entrenamiento, y la disciplina en equipo.
Domingo Ureña, Propulsor deportivo de la zona Norte de Santiago, externo su criterio en marco de analizar la crisis que están pasando los clubes deportivos y sus asociaciones. Lamento que “dirigentes” deportivos y clubistico quieran perpetuarse en la directiva de una organización para generar beneficios personales, creando una retranca al desarrollo de las instituciones deportivas. No es posibles que los clubes, asociaciones y federados puedan mantenerse por más de 20 y 25 años dirigido por un grupito que solo cambian de posiciones, pero siempre los mismos rostros.
En los años 80-90 Santiago contaba con más de 900 clubes y 4 federaciones de clubes, todos cohesionado en un solo norte (Trabajar por el deporte y la Cultura) hoy ya han desaparecido la mayoría de los dirigentes comprometido, las instituciones como UDESA que premiaba a los clubes mensualmente por su trabajo ha dejado de darle seguimiento a los poco que queda. SEDEFIR, ahora Ministerio de Deportes y recreación (MIDEREC) después que los políticos se tomaron como iniciativa que desde ahí se podía aspirar, abandonaron la mística de apoyo al clientelismo populismo deportivo.
Ureña, fue Presidente de las asociaciones de Volibol y Boxeo, por lo que dijo, que existen en la actualidad diversas formas o maneras de llevar adelante la práctica deportiva, siendo los clubes deportivos las instituciones en las comunidades. Debemos destacar que los clubes deportivos en etapa de extinción son la mejor herramienta para impulsar el deporte masivo en los sectores y donde integran a los jóvenes de diferentes edades a la práctica de diferentes disciplina, alejándolo de los vicios, la violencia y la delincuencia.
El talón de Aquiles del desarrollo deportivo en los barrios, al igual que la desaparición de los clubes culturales ha sido la herrada política deportiva del gobierno central y municipal donde su inversión no es suficiente, por no decir nula en apoyar los verdaderos propulsores deportivos en los barrios de nuestras comunidades. Ni hablar de los ministerios que tienen que velar por el desarrollo de la Juventud, la mujer, educación y otros que tienen importantes montos de recursos económicos aprobado en sus presupuestos, para programa de apoyo y solo se quedan en papeles.
Hace varios años atrás en cada barrio existían uno o dos clubes. Se les llamaban clubes Deportivos y Culturales donde las comunidades participaban en las asambleas, en los eventos sociales y deportivos. Tenían un objetivo claro era brindar distintos tipos de alternativas de recreación y esparcimiento en la práctica deportiva y cultural. Era importante el rol que desarrollaban las asociaciones y federaciones de clubes, donde se le daba seguimiento a las actividades que se realizaban en las distintas disciplinas, y con ellas, los clubes desarrollaban sus atletas. Pondero Domingo Ureña.
Para perdurar en el tiempo y cumplir con sus objetivos, los clubes deportivos que todavía existen debieron acogerse a la ley 122-05 para la regulación y fomento de las asociaciones sin fines de lucro, así optar por la poca ayuda que le puede brindar el estado. Una de las condiciones es ser ético en el proceso administrativo acorde al requerimiento y procedimientos contables. Donde se contempla las funciones básicas de planeación, organización, dirección y evaluación, que les permita la gestión optimizar los recursos que reciben. Requerimientos que pocos dirigentes pasaron.
Por Ultimo Domingo Ureña revelo que en la actualidad existen muchos clubes de nombre que solo hacen sus funciones en hacer quórum en elecciones de asociaciones o convertirse en cómplice de actividades de antivalores validando cartas de buenas conductas para liberar antisociales de pena ante la justicia. A partir de este diagnóstico, se debe hacer una gran cruzada para salvar los clubes que tengan una real estructura y aquellos que le hacen daño al sistema deportiva y no cumplen con el rol para el cual han sido fundados dejarlo fuera. “Debemos ir en auxilios del movimiento deportivos, por el bienestar de nuestros jóvenes”.