El Senado de los Estados Unidos votó este viernes a favor de anular el veto del presidente Donald Trump al nuevo presupuesto de Defensa, una dura derrota política para la Casa Blanca en sus últimos días antes de la asunción del demócrata Joe Biden, ganador de las elecciones del 3 de noviembre,
Es la primera vez en los cuatro años de la administración Trump en que los legisladores anulan un veto presidencial, luego de que 81 senadores (de un total de 100) votaran a favor este viernes en una sesión extraordinaria, la última de este Congreso antes de que sus nuevos miembros asuman el domingo.
La Cámara de Representantes ya había aprobado el lunes la anulación del veto, con 322 votos a favor y 87 en contra.
De esta manera ambas cámaras del Congreso estadounidense lograron ratificar la ley de presupuesto de Defensa por 740.500 millones de dólares para el año fiscal 2021que habían aprobado a principios de diciembre y la cual Trump había vetado el 23 del mismo mes.
Aunque el nuevo presupuesto cuenta con el apoyo mayoritario y bipartidario del Congreso, el gobierno de Trump se había opuesto al considerar que “contradice los esfuerzos de la administración por poner a Estados Unidos primero en nuestras política exterior”, según expresó el presidente, de acuerdo a The Guardian.
Específicamente la Casa Blanca criticó a la ley por presuntamente proteger a las empresas tecnológicas como Facebook, Twitter y Google por el contenido publicado en sus redes; por limitar las reducciones de personal estadounidense en bases en el extranjero que pretendía Trump; y por ordenar el cambio de nombre a las instalaciones militares bautizadas en honor a generales del bando confederado en tiempos de la Guerra Civil.
“La ley es un regalo para China y Rusia”, expresó Trump.
Durante su presidencia Trump vetó legislación en ocho ocasiones, y en todas ellas el veto se mantuvo gracias al apoyo de los republicanos, que controlan el Senado.
Pero en esta ocasión los legisladores de su propio partido ya habían adelantado que no aceptarían un veto al presupuesto de Defensa, lo que comprometería en la práctica las operaciones de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos. De hecho, la última vez que sucedió fue en 1961.
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