El médico Bernardo Antonio Hilario Reyes, director del hospital regional universitario José María Cabral y Báez, denunció que encontró una serie de anomalías en la parte administrativa y en la reconstrucción de ese centro que impiden su buen funcionamiento.
El doctor Hilario Reyes dijo que heredó una deuda de 60 millones de pesos con los suplidores y una nómina abultada con 300 personas que no realizan ninguna función.
Además, indicó que en el área de emergencia encontró múltiples filtraciones que provocan inundaciones.
El galeno también reveló que la sala de cirugía cuenta con 12 máquinas de anestesia de las cuales solo cuatro están funcionando.
“Las restantes ocho máquinas se averiaron a pocos días de ser instaladas y la compañía suplidora de las mismas no se hizo responsable de ninguna garantía”, dijo.
El funcionario agregó que, aunque el área de cirugía cuenta con 12 quirófanos, no disponen de una sala de recuperación adecuada porque las camas no tienen monitores para seguimiento de signos vitales de los pacientes.
De igual manera, Hilario Reyes señaló que los endoscopios para los estudios de endoscopia del área de gastroenterología no disponen de los tubos flexibles lo que imposibilita la realización de estudios.
Al referirse al área de cuidados intensivos, informó que cuenta con 30 ventiladores de respiración mecánica de los cuales 12 no están funcionando.
Dijo que en los laboratorios no cuentan con los equipos para realizar ciertas analíticas.
Reveló que la cocina, departamento de costura, lavandería, esterilización y almacén se encuentran ubicados en casuchas de madera y la morgue funciona en un furgón.
El Hilario Reyes hizo la denuncia durante una rueda de prensa, ofrecida junto al cuerpo médico del hospital Cabral y Báez.