Para obtener buenos niveles de energía, debemos lograr un equilibrio entre los distintos tipos de nutrientes: carbohidratos (simples y complejos), proteínas, fibra y grasas. Para mejores efectos estos deben ser de la mayor calidad posible, es decir, debemos obtenerlos de alimentos naturales o frescos en lugar de aquellos que son procesados. Aquí te mostramos las mejores opciones para lograrlo:
1. Semillas o frutos secos
Este grupo de alimentos es especialmente rico en magnesio, un mineral que ayuda a convertir los carbohidratos en energía. Aunque tienen muchas calorías, en cantidades adecuadas también podrían ayudarte a incrementar el metabolismo. El maní, por ejemplo, brinda una sensación de saciedad y reducen la absorción intestinal de grasa, mientras que las semillas de chía potencian el rendimiento físico.
2. Carbohidratos inteligentes
Los carbohidratos son la fuente preferida por el organismo para producir energía, pero debes elegir aquellos que te den un plus de vitaminas, minerales y fibra, como avena, trigo, cebada y frutas. También debes evitar los que proporcionan calorías vacías, como los refrescos, azúcares, jarabes y dulces.
3. Café
Contiene cafeína, que estimula el sistema nervioso, el estado de ánimo y de alerta, y ayuda a disminuir la sensación de cansancio. Sin embargo, sus efectos sobre el organismo pueden ser contraproducentes, llegando a alterar los ciclos de sueño. Por eso, los nutricionistas recomiendan beber hasta dos tazas al día, evitar los preparados con crema o leche entera, y optar por la leche baja en grasas.
Diferentes investigadores coinciden en que la deshidratación leve puede disminuir los niveles de energía. Para evitar esta situación, los expertos también coinciden: debes beber al menos 8 vasos de agua al día. Si haces ejercicio menor a 60 minutos de duración, bebe 2 tazas de agua fría previamente, y de 180 a 240 mililitros durante la actividad física.
5. Grasas buenas
Para maximizar tu energía a lo largo del día incluye grasas “buenas” en tu dieta provenientes de frutos secos, almendras, aceite de oliva, linaza, aguacate o semillas de girasol, entre otras. También evita las grasas consideradas “malas” como margarinas, manteca, tocino, mantequilla y mayonesa.
6. Chocolate
El chocolate no solo contiene cafeína, también contiene sustancias como tiramina y feniletilamina que podrían contribuir a incrementar los niveles de energía. Ciertos estudios encontraron que un consumo que ronde los 45 gramos diarios de chocolate (preferentemente amargo) podría mejorar la sintomatología de pacientes con síndrome de fatiga crónica.
7. Miel
La miel no solamente contiene vitaminas, minerales y antioxidantes que retrasan el envejecimiento, sino que también es un alimento energético que ayuda a los trabajadores y atletas a superar la fatiga y recuperar la energía. Los expertos coinciden que pueden obtenerse sus beneficios consumiendo una cucharada al día.
Igual que el café, el té verde contiene cantidades considerables de cafeína, que contribuyen de cierta manera en la producción de energía. Pero además tiene el plus de ser muy rico en antioxidantes, por lo que también suele aprovecharse para prevenir diferentes enfermedades crónicas, incluido el cáncer.
9. Ajo
Quizás no sea tan bueno para tu aliento, pero puede ser de gran ayuda para sentirte energizado. El ajo contiene una fibra llamada inulina la cual ayuda a absorber mejor el hierro, mineral que juega un papel importante en la prevención de la fatiga. Además, contiene una sustancia llamada alicina, que ayuda a disminuir el colesterol.
10. Carnes magras y pescados
Contienen proteínas y aminoácidos que pueden ayudar a estar más alerta. En las dietas donde el cuerpo no recibe su combustible normal de los carbohidratos o las grasas, las proteínas proporcionan energía al cuerpo. Al consumir carnes rojas favoreces la ingestión de hierro, el cual promueve una mejor oxigenación, aumentando los niveles de energía.