El Mirador
Luís Céspedes Peña
En política, el ganador no es el que está más delante con los números, sino el que “amarra” mejor con sus “compañeros” de grupo, aunque el final se convierta en lamentaciones y explicaciones de por qué perdió.
Pero es la forma de unir voluntades que tiene el Partido de la Liberación Dominicana (PLD). Son muchos los que dicen que la versión del ex jefe de Estado, Leonel Fernández, de que esa organización es una fábrica de hacer Presidentes, debe tener otro calificativo, como el de “construir” actores teatrales.
¡Pero tenemos el deber de respetar la forma de cómo dirigir una organización política! Para no ocupar muchas líneas abundando de lo que queremos decir, debemos afirmar que ya el PLD aportó su primer sacrificio en busca de la unidad interna, a uno de sus mejores dirigentes de Santiago. ¡Es la primera víctima del actual proceso electoral y ya cayeron lágrimas!
Hay poderes que tienen tanta fuerza como todas las empresas juntas de un gobierno. Ahora entiendo por qué el PLD es una organización política temible. ¡Y será difícil bajarla del poder! Sus dirigentes pelean, hacen dramas teatrales y amenazan con destruir órganos oficiales si no se aceptan sus ideas, pero luego viene la obediencia o la sumisión.
¡Y la oposición haciendo el ridículo, creyendo que es verdad que el PLD se va a dividir, como si Leonel y Danilo Medina actuaron como los líderes opositores, que accionan como los barcos cuando están zozobrando.
Los opositores, con una estupidez magistral, se unen a las estrategias del PLD, creyendo que es verdad que los dirigentes oficialistas van a entregarles el poder para que luego ellos los encarcelen, uno a uno, acusados de malversación de fondos del Estado, de recibir dinero de la Odebrecht, de lavado de activos (que es lo mismo que narcotraficantes), y cuantas cosas más se les ocurra para llevarlos a la prisión.
Y hay que admitir que sería una decisión correcta para los opositores, si llegaran a dirigir el país, porque es la única forma de evitar que el PLD no retorne al poder por veintenas de años. Eso se la repostulación o no del Presidente Danilo Medina, hay que dejárselo a los líderes del PLD. Hay que admitir que el problema para la oposición es que Medina repita.
Los peledeístas sólo tienen que observar los ejemplos de Cristina Fernández, de Argentina, que por los problemas internos de su partido, tuvo que renunciar de la Presidencia de la República, porque sus compañeros no fueron capaces de defenderla de las acusaciones de corrupción. ¡Y perdieron el poder!
En Brasil, la presidenta de entonces, Dilma Rousseff, se puso de complaciente con la oposición, en vez de defender al ex Presidente Luiz Inácio Lula da Silva, de las acusaciones de supuesta corrupción, al disponer las primeras investigaciones que al final fueron la iniciativa para encarcelar a su líder, pero los opositores luego lo hicieron lo mismo y la forzaron a renunciar, por la misma situación. ¡No sabemos si Luiz es culpable o no!
¡Sólo un par de ejemplos¡ En nuestro país, la oposición se pasó casi tres años sólo hablando de corrupción y en contra de la reelección del Presidente Danilo Medina, pero descuidando el trabajo de concientización en la base social. Y, en el caso de Santiago, hay que decir que el ministro de Ministro de Administración Pública (MAP), Ramón Ventura Camejo, el director de la Corporación de Acueducto y Alcantarillado de Santiago (CORAASAN), Silvio Durán, el ministro de Interior y Policía, José Ramón Fadul, y otros, están entre los mejores defensores de la habilitación constitucional del Presidente Medina.
No hay que ser ningún científico para saber que cuando el PLD conforme toda su estructura electoral, el campo de avance para la oposición estará casi cerrado.
La oposición sabe que el gobierno de Danilo Medina le sumó millones de nuevos votos al PLD, mediante sus diferentes programas productivos, tecnológicos, sociales, culturales, educativos, de desarrollo de la mujer y la juventud. ¡Y es una preocupación valedera!
Es que el PLD le abrió la puerta a la juventud. ¡Eso no se revierte con simples retóricas! Es importante aprovechar esta oportunidad para decir que no observamos un cambio de gobierno en Estados Unidos. ¡La reelección del Presidente Donald Trump parece ser una realidad!
El presidente Trump está trabajando para la mejoría de los norteamericanos. ¡Los ilegales y los residentes no votan! Son los norteamericanos y los nacionalizados. ¡Y Trump está trabajando para ellos! Las relaciones de Trump y Medina son muy buenas, como también las son las de Leonel Fernández con los demócratas.
Con todo el respeto que se merecen los aspirantes demócratas a la Presidencia de Estados Unidos, no observo en sus precandidatos a ni uno con el talento suficiente para derrotar a Trump, que aplica el mismo estilo de la política latinoamericana: ¡A papeletazos!
Ya lo hizo para derrotar a Hilary Clinton, una oligarca de Estados Unidos que todavía conserva valores de esa cultura, aunque no compartimos algunas de sus acciones, como es la de favorecer el aborto, lo que finalmente, unido a las estrategias latinoamericanas de Trump, contribuyó a su derrota electoral.
La oposición en República Dominicana, Estados Unidos, Venezuela y otras naciones, debe trabajar basada en programas que mejoren la situación de la mayoría, en vez de perder tiempo con discursos vacíos.
Es que la oposición venezolana se pasa el tiempo organizando protestas para tratar de llegar al poder, sin que eso sea lo necesario para triunfar. Y, en segundo caso, quiere llegar al poder, pero a través de un golpe de Estado financiado por organismos internacionales. ¡Es que no hay forma de llegar al poder sin los votos!
No tiene los votos, pierden cada vez que hay elecciones, se pasan el tiempo acusando de narcotraficantes al Presidente Nicolás Maduro y a sus seguidores, como si eso fuese suficiente para alcanzar la Presidencia. ¡Así no!
¡Gracias por leernos!