Vettel 4º se descuelga, Carlos Sainz 9º
Impresionante victoria de Lewis Hamilton en el Gran Premio de Italia, cuando ni era favorito ni salía siquiera en primera fila. Pero en el día D a la hora H, cuando Vettel debía demostrar quién es, el inglés fue quien demostró qué clase de campeón es, absolutamente supremo.
En el escenario más difícil, con todo en contra, himno emocionante, más de 100.000 tifosi en un Monza abarrotado como no se recordaba, abrazos rojos y tensión máxima, Lewis ejecutó una maniobra de salida que ya es historia de la Fórmula 1, adelantando por fuera a Vettel en la segunda chicane, de forma impecable, con un Seb al que le volvieron a flaquear las manos y la cabeza.
Mal en la defensa, peor aún en la respuesta, como en Inglaterra, echando el coche contra el Mercedes, trompeando y quedando último para remontar. Lo hizo, pero hasta la quinta posición, lo que le deja muy lejos del actual campeón, a más de una carrera, un escenario muy complicado para él por el quinto título que se está mereciendo el británico. La diferencia entre un gran piloto y un campeón con mayúsculas, entre un tetracampeón que bajo presión no es Hamilton y con un coche que no es aplastante no da el salto, no calibra, y hoy se ha visto en toda su magnitud.
A partir de ahí Lewis se lanzó a por Kimi, tras el coche de seguridad, y aún le dio para soltar otro golpe de mano pasando al finés para bajonazo de una grada que no daba crédito. Raikkonen aguantó ese primer atraque revolviéndose con furia y clase, a lo que Lewis prefirió no oponer resistencia. Por ahora. Hasta la primera parada se mantuvo a un segundo de distancia, sin poder hincarle el diente y calibrando con el equipo si era mejor intentar un ‘undercut’ o lo contrario, estirar la parada, salir con gomas más frescas y atacar al final.
Eligieron lo segundo, visto que nunca estuvieron a más de 23 segundos tras la parada del finés y que no podrían salir líderes, así que Lewis estiró su stint hasta la 29, siete más que Raikkonen, es decir siete vueltas de neumáticos más frescos para lanzarse como un animal en el tramo final. Al salir contó el inglés con la ayuda inestimable de Valtteri Bottas, líder porque aún no había parado y que retuvo lo justo a Kimi durante una decena de vueltas. Se estima que solo por estar delante le restaba varias décimas por vuelta al Ferrari de Kimi, que empezó con 5 segundos de ventaja sobre Hamilton tras la parada y terminó con el 44 en su alerón trasero cuando Bottas entró a parar en la 36.
Hamilton tenía 17 vueltas para cocinar a fuego lento la ventaja de un Kimi ya con vibraciones en las ruedas y el neumático trasero izquierdo en ebullición, al límite de tempe