Miguel Cruz Tejada
NUEVA YORK._ El dominicano Christian Montero imputado por el asesinato de su vecina dominicana Carol Flaz Burgos fue acusado formalmente el viernes por cargos de asesinato, secuestro y manipulación de un cadáver en la Corte Superior de Salem donde las sentencias son más drásticas.
Montero, quien enfrenta cadena perpetua, asesinó a Flaz Burgos posiblemente en su apartamento donde ella había ido a visitarlo despareciendo de allí y luego de una intensa búsqueda de v arios días, su cuerpo fue encontrado en un lago en la ciudad vecina de Haverhill.
En medio de la búsqueda, Montero se presentó a una vigilia que realizaron familiares, vecinos y amigos de la víctima frente al edificio donde ambos vivían, simulando estar acongojado por la desaparición, e incluso, subió un mensaje en su cuenta de Facebook aparentando estar compungido mientras el cuerpo de la mujer se degradaba en las aguas del lago.
Flaz Burgos, quien era madre de dos hijos y trabajaba como cuidadora del hogar era muy apreciada en su comunidad.
El crimen estremeció la zona de mayoría de residentes dominicanos y dominicanas que se unieron a la búsqueda.
Un Gran Jurado en el tribunal superior determinó el 3 octubre que hay causa probable para procesarlo por el crimen.
Nuevamente se le negó la fianza el viernes.
Christian Montero, de 35 años, fue acusado formalmente de asesinato por el gran jurado del condado de Essex el 3 de octubre.
La acusación significa que su caso ahora pasa del Tribunal del distrito de Lawrence al tribunal superior, donde las penas que enfrentará si es declarado culpable serán más severas.
El cuerpo de Carol fue encontrado cerca del lago Kenoza en el área de conservación Winnikenni de Haverhill, informó la oficina del Fiscal del distrito del, condado Essex.
La fiscalía presentó cargos de asesinato contra Montero tras conocerse los resultados de la autopsia realizada por el médico forense que dictaminó homicidio.
Se declaró inocente de los cargos de intimidación a testigos y engaño a los investigadores.
El cuerpo de Flaz Burgos fue encontrado el 3 de septiembre por un perro especialmente entrenado, tres días después de que la madre desapareciera del edificio donde vivía.
Las autoridades dijeron que Montero y Flaz Burgos vivían cerca uno del otro en el mismo edificio, pero no dieron más detalles sobre si tenían alguna relación de cualquier tipo.
El 31 de agosto se inició la investigación sobre el paradero de Flaz Burgos después de que una persona que llamó al 911 informó haber llamado a su teléfono varias veces y que cada intento iba al buzón de voz, dijo la fiscal adjunta Jessica Fleet durante la lectura inicial de cargos a Montero.
Cuando la policía llegó al apartamento de Flaz Burgos encontraron sus llaves, su bolso y su billetera en una cómoda, pero no había señales de ella.
Fue vista por última vez caminando a un par de puertas del apartamento de Montero enviando mensajes de texto y en un video de vigilancia haciendo la señal de la cruz antes de entrar y desaparecer, dijo la fiscal
Nunca volvió a aparecer en el video de vigilancia, pero Montero fue visto unas dos horas después tirando de un carrito playero que parecía estar lleno de ropas.
Casi al mismo tiempo, los datos del celular mostraron que el teléfono de Flaz Burgos se alejaba del edificio de apartamentos en Broadway y se dirigía hacia Haverhill, agregó la fiscalía.
En conversaciones con la policía, la fiscal adjunta alegó que Montero engañó a los investigadores al proporcionarles una coartada falsa. Los datos del móvil indicaron posteriormente que la ubicación de su teléfono estaba en Haverhill, no en la calle Trenton en Lawrence, donde afirmaba estar.
“Oficiales de diferentes agencias, incluidos el Departamento de Policía de Lawrence, la Policía Estatal de Massachusetts, el Departamento de Policía de Haverhill y el Departamento de Policía de Methuen, han pasado numerosas horas tratando de confirmar o desmentir la coartada del acusado”, dijo la fiscal al tribunal.
“Esta información falsa que proporcionó a los investigadores los engañó”, indicó el Ministerio Público.
