Washington, EE.UU. – El vicepresidente estadounidense, J.D. Vance, afirmó este jueves que está preparado para asumir la presidencia en caso de que una tragedia o incapacidad afecte al presidente Donald Trump.
En declaraciones a USA Today, Vance enfatizó que sus casi 200 días de experiencia en funciones ejecutivas le han dado la preparación necesaria para ser un sucesor inmediato en caso de cualquier eventualidad.
Sin embargo, el vicepresidente aclaró que la afirmación no implica dudas sobre la salud del presidente. Por el contrario, recalcó que Trump, de 79 años, mantiene una energía “increíble” y una rutina diaria que sorprende incluso a sus colaboradores más jóvenes.
“Es el último en irse a dormir, el último que hace llamadas por la noche y el primero que despierta para retomarlas en la mañana”, señaló Vance al describir el nivel de actividad del mandatario.
El vicepresidente insistió en que el presidente se mantiene al frente de las decisiones más relevantes del país, demostrando una vitalidad poco común para su edad. Según explicó, “Trump conserva un ritmo de trabajo que supera al de muchos de sus asesores”.
Durante la entrevista, Vance recordó que el vicepresidente debe estar siempre preparado para actuar como relevo inmediato en caso de incapacidad presidencial, de acuerdo con la Constitución de los Estados Unidos.
Aseguró además que su papel en la Casa Blanca lo ha llevado a participar en sesiones estratégicas de alto nivel, lo que ha fortalecido su conocimiento de la administración pública y su capacidad de respuesta ante emergencias.
“Es mi responsabilidad estar preparado en todo momento. Y creo que estos meses en funciones me han dado la experiencia y la perspectiva necesarias para cumplir con ese deber si el país lo requiere”, subrayó.
El comentario de Vance llega en un contexto en el que diversos sectores han especulado sobre la salud y la capacidad de Trump para cumplir con un nuevo mandato completo, dada su edad y las exigencias del cargo.
No obstante, el vicepresidente buscó despejar esas dudas al recalcar que su declaración es una medida de prudencia y no de alarma. “El presidente está bien. Tiene la mente clara y la energía intacta”, reiteró.
Fuentes cercanas a la Casa Blanca aseguran que el mandatario mantiene un programa estricto de chequeos médicos, lo que fortalece el mensaje de que su estado de salud es estable y compatible con las exigencias de su cargo.
Vance, considerado una figura en ascenso dentro del Partido Republicano, se perfila también como uno de los posibles liderazgos a futuro en la política nacional. Su discurso busca proyectar confianza y responsabilidad en momentos de cuestionamientos públicos.
El vicepresidente concluyó resaltando que su deber es garantizar la continuidad institucional del país: “El pueblo estadounidense puede confiar en que, pase lo que pase, su gobierno seguirá funcionando y sus derechos estarán protegidos”.