Franklin Rosa
La Ley N0. 5778 de Autonomía y Fuero Universitario que fue promulgada por Balaguer en el 1961, para tratar de contener el clamor popular y las movilizaciones estudiantiles por una Universidad Autónoma y libre del trujillismo. Ha llevado consigo la maldición de Balaguer de que la Constitución y las Leyes son un pedazo de papel, nunca se ha cumplido, al contrario, la lucha por el Medio Millón, fue un ejemplo de esa maldición de no cumplir lo que ordenaba la Ley.
El financiamiento nunca ha alcanzado el 1% del 5% que especifica la Ley.
Esta maldición se arrastró durante los 12 años de Balaguer y de todos los gobiernos sucesivos.
La maldición de Balaguer sigue vigente a pesar de la modificación que ha sufrido la Ley N0. 5778, al transformarse en la Ley N0. 139-01, que crea el Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología, MESCYT, y confirma el presupuesto para la educación superior de un 5%, ahora, incluyendo a más de 20 universidades privadas.
La maldición de Balaguer dejó ciego, sordo y mudo a todos los incumbentes que han pasado por los Ministerios de Educación Superior Ciencia y Tecnología, los rectores de la Universidad Autónomas de Santo Domingo, los candidatos a rectores, que nunca han plasmado en sus programas, la lucha por un financiamiento justo, seguro y transparente del 5% del presupuesto nacional.
Con la siguiente metamorfosis, es decir, la fusión del MINERD con el 4% y el MESCYT, con el 5%, el 9%, se reduce al 4.10% del presupuesto, como lo indica la fusión.
El financiamiento histórico, ha sido menos del 1%, del presupuesto, manteniendo sumida a la UASD en grandes precariedades:
-Con docentes en lucha por salario y mejores condiciones para el desempeño de sus labores docentes y de investigación.
-Con jubilados que se le niegan sus derechos a una actualización salarial, aprobada por el Consejo Universitario.
-Con la UASD en delito de Decato Judicial al no cumplir la Sentencia del Tribunal Constitucional que ordena el cumplimiento de las Resoluciones del Consejo Universitario.
-Con la Facultad de Ciencias Agronómicas y Veterinarias, en Engombe, en condiciones desastrosas. Y todas las facultades con infraestructuras docentes y de investigación paralizadas, como lo ha denunciado el decano de Ingeniería y Arquitectura.
-Con un Plan de Retiro en quiebra.
-Con un Seguro Médico insuficiente, que no recibe los fondos de la Administración Central.
-Con la biblioteca Pedro Mir sin mantenimiento, en franco deterioro.
-Con un atraso, académico y docente, por las limitaciones económicas, que hemos sufrido, por todos los gobiernos, desde la lucha por el Medio Millón, no ha permitido alcanzar niveles adecuados de excelencia académica.
A pesar de todas esas precariedades y el financiamiento mediocre, la universidad ha sido una institución transparente y eficiente que ha manejado una carga de 200,000 estudiantes, graduando profesionales de grado y postgrado de muy buena formación.
La UASD no puede seguir bajo el influjo de la maldición del presidente Balaguer de que la Constitución es un pedazo de papel. 0 hay un Estado de
Derecho, transparente, donde se cumpla la Ley y se respeten las instituciones, o seguimos con esa humillación histórica que calla a rectores y ministros sin consecuencia alguna.
No podemos salir de un Proceso de Reforma y Transformación Universitaria sin plantear una propuesta de financiamiento, que sea apoyada por el Claustro Mayor, para las universidades públicas, antes de que nos den el golpe mortal de la famosa fusión. Y se siga cumpliendo la maldición de Balaguer.
Sin financiamiento justo, seguro y transparente no hay Autonomía Universitaria.