Verdes, azules, morados, rojizos o amarillos. Al agrupar los alimentos que tenemos en nuestra alacena o nevera por su color, podemos diferenciar muchas de sus cualidades para prevenir o tratar diferentes condiciones. Aquí te mostramos cuáles son los alimentos blancos que pueden ayudarte a perder peso, a partir de quemar grasas y favorecer el metabolismo:
1. Leche descremada
La leche descremada es una buena opción para incorporar los mismos nutrientes de la leche entera sin el plus de calorías y grasas. Por ejemplo, un vaso posee solo 80 calorías. Además, investigaciones reciente señalan que una vitamina presente en ella, la nicotinamida ribosida (NR), ayudaría a perder peso, ya que estimula la eliminación de grasas.
La quinua es un antiguo aliado a la hora de quemar grasas. Esto se debe a que es alta en proteínas, por lo que puede acelerar el metabolismo evitando la acumulación de grasas. También es rica en fibra, por lo que ayuda a sentirnos satisfechos. Por su suave sabor puedes sumarla a la dieta junto a frutas, frutos secos o vegetales.
La evidencia científica señala que consumir 2 huevos al día regularmente ayudaría a adelgazar si se incluyen en el desayuno. ¿El motivo? Aumentan la sensación de saciedad que evitará el “picoteo” durante el resto de la mañana. Además, las proteínas y energía que proveen permiten sobrellevar mejor un plan alimentario para adelgazar.
Es una sabrosa alternativa para perder peso por su alto contenido de proteínas, que es incluso el doble que el de los yogures comunes. Los especialistas en nutrición señalan que el consumo de proteínas es ideal para aminorar la pérdida muscular durante la quema de grasas. También se halló que el cuerpo consume muchas calorías para digerir las proteínas del yogurt griego.
Además de ser rica en agua, la sustancia más beneficiosa de la pera es la pectina, un componente ideal para desintoxicar el organismo. Esta fruta también es baja en calorías, solo contienen 100 por unidad, es decir, el 5% del consumo diario recomendado, y su gran cantidad de fibra aumenta la sensación de saciedad.
La avena es rica en proteínas y fibra, por lo que aumenta la sensación de saciedad por más tiempo. Esta cualidad puede aprovecharse si se recurre a la harina de avena, y mejor aún, si se la utiliza para reemplazar a la harina blanca. Si acompañas esta alimentación con ejercicio, con el tiempo podrás bajar o mantenerte en el peso deseado.
Comer palomitas de maíz tiene un efecto saciante y muy pocas calorías, por lo que pueden ser una buena opción de bocadillos si se preparan adecuadamente. Esto significa que, para que sean sanas, no debes añadirles sal, mantequilla o caramelo, ni tampoco comprar las que se preparan en microondas.
El pescado blanco es un término usado para referirse a ciertos tipos que contrastan con el azul, para dividir a los de origen oceánico, como el bacalao. Aquí podemos encontrar el rape, faneca, merluza, lenguado, maruca, cabracho, congrio, gallineta y rodaballo. Se caracterizan por que su contenido graso no supera el 2% de su peso, además, son ricos en Omega 3.
9. Té blanco
Esta infusión se prepara con los primeros brotes de las plantas de té Camellia sinensis. Según distintos estudios, su consumo se vinculó con una disminución del tejido graso, previniendo condiciones como hígado graso y obesidad. Además, es el té con contenido más bajo de cafeína.
Una dieta rica en soya podría mejorar la composición corporal en personas con sobrepeso y obesidad, ya que favorece la pérdida de tejido adiposo, a la vez que preserva la masa muscular. Sin embargo, se necesita más investigación para llegar a una conclusión firme. Consulta con un profesional para conocer las mejores formas de incluir la soya y sus derivados en tu dieta.