Por Alexis Rodríguez
Santo Domingo, República Dominicana – En un evento significativo para la comunidad evangélica dominicana, se presentó el informe oficial del 4to Congreso Mundial del Pacto de Lausana, celebrado recientemente en Seúl, Corea del Sur. La reunión, que tuvo lugar el pasado sábado 18 de enero en el edificio del Servicio Social de Iglesias Dominicanas, marcó también la apertura del Capítulo Dominicano de Lausana, consolidando el esfuerzo global de evangelización.
El encuentro fue convocado por las principales entidades evangélicas del país, incluyendo la Mesa de Diálogo y Representación Cristiana (MEDIREC), el Consejo Nacional de Confraternidades de Pastores Evangélicos (CONACOPE), el Consejo Dominicano de Unidad Evangélica (CODUE) y la Confraternidad Evangélica Dominicana (CONEDO). Estas organizaciones unieron fuerzas para discutir los desafíos y las oportunidades que enfrenta la evangelización a nivel global.
Durante la conferencia, los representantes dominicanos que asistieron al congreso en Seúl compartieron experiencias y aprendizajes clave. El Dr. José Dunker, junto con otros miembros de la delegación, presentó un informe detallado sobre las sesiones del congreso, las cuales se centraron en temas críticos como el papel del Espíritu Santo en las misiones, el discipulado en la era digital, y los desafíos del liderazgo de servicio.
Daniel Bianchi, director de Lausana para América Latina, se unió al evento vía videollamada, animando a los presentes a mantener vivo el compromiso con el Pacto de Lausana y a trabajar unidos para la evangelización efectiva y el discipulado en todo el mundo.
El Rev. Reynaldo Franco Aquino, presidente de MEDIREC, destacó la importancia de este nuevo capítulo en la historia del evangelismo dominicano, subrayando la necesidad de trabajar como un cuerpo unido en Cristo, más allá de las denominaciones individuales.
La conferencia concluyó con un llamado a la acción para que la comunidad cristiana en la República Dominicana adopte una postura más activa y colaborativa en la evangelización mundial, aprovechando los recursos y la orientación proporcionada por el Pacto de Lausana. Este evento no solo refuerza el compromiso del país con la evangelización global, sino que también marca un hito importante en la historia eclesiástica dominicana.