Natalia Vodianova, una de las supermodelos más exitosas del mundo, tiene una historia que parece sacada de un cuento de hadas moderno. Nacida en un hogar humilde, su vida dio un giro inesperado cuando un cazatalentos la descubrió mientras ayudaba a su madre en un mercado en Rusia. Desde entonces, ha recorrido un camino impresionante que la ha llevado a la cima del mundo de la moda.
Infancia y desafíos
Natalia nació el 28 de febrero de 1982 en Gorki, a 500 kilómetros de Moscú, en un entorno familiar difícil. Su padre abandonó la familia cuando ella apenas tenía dos años, dejando a su madre, Larisa, a cargo de tres hijas, incluyendo a Oksana, quien nació con parálisis cerebral y autismo. Para mantener a la familia, Larisa trabajaba en múltiples empleos, incluyendo un puesto en el mercado de frutas y verduras.
Desde muy joven, Natalia ayudaba a su madre a vender frutas, a menudo enfrentando condiciones duras. A pesar de sus responsabilidades, también asistía a la escuela, donde sufría el acoso de otros niños por su apariencia y la pobreza que vivía.
El descubrimiento que cambió su vida
A los 15 años, Natalia comenzó a trabajar como modelo de manera esporádica, pero su verdadero cambio de vida llegó cuando un cazatalentos la descubrió en un casting. “Tienes que venir a Francia”, le dijo, y así, a los 17 años, Natalia se embarcó en un avión hacia la capital francesa, dejando atrás su hogar y su familia.
Aunque inicialmente dudaba en dejar a sus seres queridos, su abuela la animó a aprovechar esta oportunidad, incluso financiando su billete de avión. En París, se unió a la agencia Viva Model Management y comenzó a ganar sus primeros trabajos, cada vez más cerca de convertirse en una figura prominente en el mundo de la moda.
Una carrera meteórica
A lo largo de su carrera, Natalia se ganó el apodo de “Supernova” gracias a su ascenso vertiginoso en la industria. En pocos meses, pasó de vender frutas en un mercado a desfilar en las pasarelas más prestigiosas del mundo, trabajando con diseñadores como Calvin Klein, Valentino y Karl Lagerfeld. Su inconfundible presencia y su elegante figura de 1,77 metros la convirtieron en una de las supermodelos más solicitadas.
A los 19 años, mientras disfrutaba del éxito en la moda, Natalia se convirtió en madre de su primer hijo, Lucas, fruto de su matrimonio con el aristócrata Justin Portman. A pesar de la maternidad, su carrera no se vio interrumpida; desfilaba para grandes marcas mientras su bebé gateaba entre bastidores.
Un nuevo capítulo en su vida personal
Después de su divorcio con Portman, la vida amorosa de Natalia dio un nuevo giro cuando comenzó a salir con Antoine Arnault, heredero del imperio de lujo LVMH. “Es el hombre de mis sueños”, confesó Natalia en una entrevista, iluminando su camino hacia un futuro lleno de amor y éxito.
La historia de Natalia Vodianova es un testimonio de resiliencia y determinación, que demuestra que los sueños pueden hacerse realidad, incluso para quienes comienzan desde lo más bajo.