En un inesperado giro durante la Conferencia de Seguridad de Múnich, el vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, lanzó un severo ataque contra las democracias europeas, argumentando que la mayor amenaza para el continente no proviene de actores externos como Rusia o China, sino de desafíos internos. A pesar de las expectativas de que su discurso se centraría en la guerra en Ucrania y las posibles negociaciones de paz, Vance optó por abordar lo que él considera fallos democráticos en Europa, criticando fuertemente las políticas de migración y libertad de expresión.
El ministro alemán de Defensa, Boris Pistorius, calificó de “inaceptable” el discurso de Vance. Reuters
El discurso, que debía ser una plataforma para discutir la seguridad y la defensa, se desvió hacia temas de guerra cultural que son centrales en la política interna estadounidense. Vance acusó a los líderes europeos de alejarse de sus valores democráticos fundamentales y de ignorar las preocupaciones de los votantes, especialmente en temas como la migración y la libertad de expresión. Este enfoque provocó un silencio palpable en la sala y críticas inmediatas de varios políticos presentes, incluido el ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, quien calificó las comparaciones de Vance con regímenes autoritarios como inaceptables.
La defensa que hizo Vance del partido de extrema derecha alemán Alternativa para Alemania (AfD) y su crítica a las políticas de exclusión de la extrema derecha en Alemania han suscitado aún más controversia, especialmente a pocos días de elecciones nacionales en ese país. Las declaraciones de Vance, que coinciden con una campaña electoral en Alemania, han sido vistas como una interferencia directa en los asuntos internos de un país aliado, lo que ha intensificado las tensiones.
El discurso ha sido ampliamente criticado por su tono y contenido, que muchos consideran un paso en falso en la diplomacia estadounidense y una posible fuente de deterioro en las relaciones transatlánticas. Funcionarios alemanes, incluido el canciller Olaf Scholz y el presidente Frank-Walter Steinmeier, han expresado su desacuerdo y preocupación por las implicaciones de las declaraciones de Vance en el ámbito de la cooperación internacional y el respeto mutuo entre aliados.