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Por María Estela de León

Altice

Alrededor de 18 países de la región tienen esta figura consagrada en sus legislaciones. El primer Ombudsman lo encontramos en Guatemala en el año de 1985, con la denominación de “Procurador de los Derechos Humanos”. En la República Dominicana hace su aparición en el 2001, con el nombre de “Defensor del Pueblo”, regulada por la Ley No. 19-01.

El Ombudsman, es una institución propia de los sistemas de democracias representativas, es el equivalente a Defensor del Pueblo, esta figura es llamada de distintas maneras en diferentes países: Contralor, Proveedor, Defensor Cívico, Comisionado Parlamentario, esta varía de acuerdo a la legislación, guardando siempre una estrecha semejanza en cuanto a las facultades.

En Latinoamérica, esta entidad surge fruto del abuso de poder, las grandes desigualdades y falencias de los sistemas democráticos; producto del influjo que dejaron los regímenes dictatoriales que estremecieron los cimientos de las sociedades que los padecieron y que aún en nuestros días siguen latentes sus efectos y sus fantasmas divagando en las esferas del poder político, social y económico de nuestras democracias en construcción.

El objetivo esencial del Defensor del Pueblo según Artículo 2 de la Ley 19-01, es “velar por el correcto funcionamiento de la administración pública”, enunciado que hace suponer el cumplimiento de buenas prácticas, uso transparente de los recursos del Estado con apego a la ética y moral social, situación que a la luz de los hechos no ha realizado la institución, toda vez que ella misma surge producto de la necesidad de los ciudadanos de tener un Árbitro imparcial a quien acudir para que diligencie ante las instituciones del orden público, justicia y el cumplimiento de las leyes.

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Es la segunda vez que los legisladores tendrán la oportunidad de seleccionar mediante los mecanismos que establece la ley al ciudadano o ciudadana, que habrá de velar y defender al pueblo frente a las arbitrariedades, las injusticias, indiferencias y el uso desmedido del poder.

Esta institución surge en el país fruto de la necesidad de tener un ente social que defienda a los ciudadanos ante los abusos cometidos por el poder legalmente constituido. Esta figura cobra vida cuando el que ostenta el mandato entiende el campo de acción y las responsabilidades que tiene frente a los actores sociales.

El Defensor del Pueblo es una figura que viene a jugar un papel de primer orden en la defensa de los ciudadanos frente a los poderes del Estado, es también responsable y compromisario de la defensa y protección de los derechos fundamentales y la correcta aplicación de las leyes que salvaguardan los mismos.

Todos los días llueven denuncias en los medios de comunicación de ciudadanos que se quejan por la falta de regulación en temas tan sensibles como son: Abuso de los precios en los productos de la canasta familiar, daños irreversibles del medio ambiente por la contaminación sónica y del mal, uso de sustancias contaminantes vertidas en las afluentes del país, por no mencionar lo que pasa a plena luz del día con las fuentes acuíferas y la extracción de materiales de forma indiscriminada.

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Es evidente la falta de iniciativa en políticas públicas con miras a atender la orfandad de niños, niñas y adolescentes que quedan desprotegidos de padres y madres a causa de la creciente ola de homicidios en el país. En materia de la protección de los derechos humanos, falta mucho por hacer y atender. En ese mismo orden, se encuentra la situación de exclusión y las grandes desigualdades que padecen hombres y mujeres en la sociedad, en ese sentido la entidad tiene un gran reto que cumplir.

La legitimación del Defensor del Pueblo se ejercita cuando los ciudadanos presentan formal queja ante el órgano o mediante la denuncia de injusticias o malas prácticas a través de los medios de comunicación tradicionales y redes sociales.

¡El reto para los legisladores y la sociedad está planteado! Defensor Público independiente, con trabajo social y público, solvencia moral y ética, credibilidad, desvinculado del interés político partidario, con el interés de servir a la nación y a la ciudadanía.

En un corto plazo serán designados el Defensor del Pueblo y sus Adjuntos, abogamos a que en esta oportunidad los mismos puedan cumplir a cabalidad con los propósitos para lo cual fue creada esta institución.

Un verdadero Defensor del Pueblo es aquel que grita a los cuatros vientos y no guarda silencio ante las injusticias y el abuso de poder.

La autora es dominicana, periodista y abogada 

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