Iga Swiatek se ha convertido hoy en la nueva campeona de Roland Garros tras derrotar en la final a Sofia Kenin por 6-4 y 6-1, en 1 hora y 24 minutos. La polaca es la primera tenista de su país en lograr tal hazaña y da un paso más que su compatriota Jadwiga Jedrzejowska, que se quedó a las puertas de la victoria en la edición de 1939 ganada por la francesa Simonne Mathieu.
The future is bright 😍 #RolandGarros pic.twitter.com/95WWKSaUhm
— Roland-Garros (@rolandgarros) October 10, 2020
Iga se estrena a lo grande. A sus 19 años y 132 días, no tenía un solo título en su palmarés y empieza por el Abierto galo. El lunes subirá 37 puestos en el ranking y pasará del puesto 54 al 17. Es la más joven que se corona desde Monica Seles en 1992 cuando la serbia contaba con 18 años y 187 días.
Nadie podrá discutir el triunfo inapelable de Swiatek, que ha sido capaz de levantar la copa Suzanne Lenglen sin ceder un set. La última en conseguirlo había sido la belga Justine Henin en 2007. Mary Pierce, vencedora hace 20 temporadas, ejerció de maestra de ceremonias.
Kenin tardó ocho minutos en anotarse el primer punto al resto. No le sirvió de mucho porque su rival disparó el marcador hasta el 3-0. La estadounidense estrenaría su casillero a los 13 minutos con la sensación de que aún no había salido del vestuario. Ella era la favorita como número seis mundial y reina del Open de Australia.
Esa presión no la supo manejar en los compases iniciales. En el momento que tomó el tempo del partido, el guión se igualó. Era la final más joven del certamen desde que Henin derrotó a su compatriota Kim Clijsters en 2003.
Las dejadas de Iga
Sofia, sin hacer ruido y más práctica que vistosa, empataría a tres juegos. Swiatek aportaba toques de clase con dejadas de revés que no se ven en el circuito femenino. Kenin salvó dos pelotas de ‘break’ en el octavo juego que era medio set. No pudo con la tercera con un revés que se estrelló a la red.
La polaca se disponía a sacar para anotarse el parcial pero falló. En la grada se escuchan gritos de “USA” que quedaron reducidos a la mínima expresión cuando la nueva reina de París se hizo fuerte desde el resto.
En la continuación, Kenin pidió la presencia de la fisioterapeuta para tratar su pierna izquierda, vendada desde el primer día. Esa la condicionó hasta el final. Desde que Serena Williams se adjudicó su último grande en Australia 2017 ha habido hasta 10 caras diferentes con un título. Sólo han repetido Simona Halep y Naomi Osaka. El desgobierno de la WTA se ha demostrado una vez más en Roland Garros.
“Hace un par de años gané en los júniors y el tiempo pasa muy rápido. Lo que marcó las diferencias es que gané el punto de partido”, analizaba Iga, que terminó con una derecha ganadora, un tiro que resume como es ella.
Por Joan Solsona