Puntos… y picas
La actividad política es insondable, está llena de altibajos, es tan dinámica como dicta la dialéctica y significa una lucha constante por lograr el poder y luego tener capacidad, habilidades y competencias gerenciales para mantenerse al mando y saber lidiar con opositores, aliados y colaboradores.
En la realidad del vecindario partidista local, cargos gubernamentales relevantes como los ministerios son fuente de permanente conflicto en luchas por el poder y espacios de influencia sobre todo si se tiene el bagaje del trabajo proselitista y/o la cercanía a quien encabeza la Administración Pública.
El médico santiaguero Plutarco Arias, hoy ministro de Salud Pública, fue designado por el presidente Luis Abinader en base a su labor proselitista, lealtad, persistencia, capacidad de trabajo, éxito profesional, experiencia empresarial, empatía con la gente, buena imagen pública y honestidad.
La política está llena de altibajos
Arias tiene un conjunto de cualidades positivas y de méritos partidistas para desempeñar uno de los cargos de mayor responsabilidad en la coyuntura de crisis sanitaria y de compromiso con hacerlo bien para el éxito de la gestión del presidente Abinader y de su Partido Revolucionario Moderno (PRM).
En valoración objetiva y comparativa de su gestión de seis meses en Salud Pública puede concluirse que lo ha hecho bien con oportunidades de mejora de cara al futuro inmediato en el combate de una pandemia como la del Covid-19, controlar contagios, completar vacunación y buscar normalidad.
Este neumólogo, con legión de pacientes que testimonian su capacidad, dedicación y donde gente, no merece estar en fuego cruzado de intereses, celos políticos y apetencias personales de “serrucharle el palo” para hacerlo saltar del cargo. Abinader lo conoce bien y no debe morder el anzuelo. ¡Ojo!. Tomado de elnacional.com.do
Por: Carlos Manuel Estrella
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