Por Franklin Rosa
En las elecciones presidenciales de EUA del año 2016 corría como candidato en las elecciones primarias del Partido Demócrata, un extraños candidato , pero muy conocido por su larga carrera política, el senador Bernie Sanders, ha mantenido un liderazgo de 16 años como congresista y 14 años como senador, una trayectoria consecuente con las ideas liberales y siempre se ha opuesto sistemáticamente a la posiciones guerrista del imperio, fue uno de los pocos senadores que se opuso a la invasión de Iraq.
Todo una carrera política que ha sido renovada a partir del año 2015 cuando arranca su carrera como candidato en las elecciones primarias del Partido Demócrata para las elecciones presidenciales del año 2016 y levanta una plataforma política representando a los sin voz del Partido Demócrata, aglutinando a la juventud de dicho partido y del pueblo.
Sanders plasmó en su programa de campaña los problemas fundamentales que agobian a la sociedad norteamericana y las soluciones para superar los problemas de salud, educación, vivienda, medio ambiente, políticas impositivas para los ricos, control y regulación para todas las actividades económicas, bancos , Wall Street y a las actividades petroleras del fracking altamente contaminante e insostenible económicamente.
La sangre nueva y juvenil del partido comenzaron a movilizarse con Sanders en todos los Estados del país y los congresistas más jóvenes del partido comenzaron a alinearse con él y puso a temblar la estructura del partido al definirse como el único candidato con perspectiva de derrotar a la candidata de la dirección, la conservadora, guerrerista y representante de Wall Street, Hilary Clinton, en las elecciones primarias del Partido Demócrata.
Toda su campaña fue boicoteada por la dirección del Partido Demócrata que actuó de forma traidora en contra de su candidatura y su programa progresista, estigmatizándolo como socialista y de izquierda radical.
La actitud arrogante y triunfalista de la candidata demócrata Hilary Clinton, rechazó la participación de los postulados programáticos de Bernie Sanders y su retiro de la candidatura antes de la celebración de la primaria demócrata genero un reflujo de participación de la juventud que incidió como otros factores en la derrota del Partido Demócrata.
En la campaña para las elecciones presidenciales del 3 de noviembre del presente año de nuevo se presentó como candidato demócrata a la presidencia el senador Bernie Sanders, desde el inicio de la campaña fue el que más dinero recaudó y se perfilo como el candidato a vencer en las primarias del Partido Demócrata, con mejores condiciones morales y fuera de todo escándalo de corrupción como suele presentase en las élites del Partido Demócrata.
De nuevo renace la conspiración del Partido Demócrata contra el candidato presidencial preferido de la juventud, el socialista democrático, como él se define, Bernie Sanders; tratan desesperadamente de buscar una fórmula que pueda contrarrestar el empuje y el entusiasmo que suscita en el electorado; la colusión de la dirección conservadora del partido con los demás candidatos, resucitan al retirado ex vicepresidente Joe Biden, con problema de salud mental y colocando una candidata a la vicepresidencia, mujer, negra y del sector liberal del partido, neutralizando la pujante candidatura de Sanders, teniendo que renunciar de nuevo a su candidatura después de salir derrotado en varias primarias del Parrido Demócrata.
Lo novedoso de esta nueva situación fue que el peso político de Sanders se acrecentó al acumular un gran número de delegados, suficientes para hacer presión y lograr un acuerdo político con el sector conservador para girar un poco a la izquierda el programa de gobierno.
El sector liberal del Partido Demócrata conoce muy bien la crisis económica, social y de pandemia que vive la nación norteamericana, profundamente dividida, dominada y alienada; manipulada por los grandes medios de comunicación en manos de los magnates multimillonarios que forman parte del 1% de la población y que manejan el Estado, los bancos, Wall Street y las instituciones del establishment, mientras que el pueblo y la clase trabajadora están completamente endeudados y parte de la juventud se ve obligada a tomar la carrera militar para poder educarse y es utilizada por el imperio para invadir y destruir a otros pueblos en aras de la democracia.
La globalización solamente ha servido para aumentar la acumulación capitalista de las corporaciones y multinacionales, profundizando la desigualdad, la pobreza, el racismo y la xenofobia en el pueblo norteamericano.
Una segunda traición a los postulados programáticos que han levantado Bernie Sanders y los sectores liberales del Partido Demócrata, consignado, parcialmente, en el plan de gobierno de Joe Biden, y fue lo que unificó al partido, movilizando a la juventud y a las mujeres, garantizando la derrota de Donald Trump, sería una gran tragedia, profundizando la grave crisis que vive la nación norteamericana.