Por William Reyna Rivas
Santiago, RD. – El blanco de tus estrategias debe de ser menos el ejercito frente a ti que la mente de quien lo dirige: Si comprendes cómo funciona esa mente, tendrás la clave para engañarla y controlarla, Aprende a interpretar a la gente captando las señales que emite inconscientemente sobre sus ideas e intenciones más profundas.
Una de la problemática más acuciantes de la urbanización Las Carmelitas de Santiago es el flujo de nacionales haitianos que llegan a montones por todos los barrios periféricos, poniendo los nacionales puestos de vender víveres, dulces y frutas en contra los preceptos de la planificación urbana y las buenas costumbres.
Pero los males de todo esto es que en Santiago la segunda ciudad de importancia no hay autoridades de migración como antes que se llamaba y venían en auxilio de la comunidad o las diferentes urbanizaciones con ese problema de arrabalización por los nacionales del vecino país.
Comunicarse con el encargado de Migración coronel Alberto Marte es como viajar a mismo planeta Marte, pues este señor no contesta su teléfono personal que supuestamente es el 809-723-7270, pues en esta gestión a ese distinguido señor, no se le ha visto en ningún operativo por estas urbanizaciones para tratar de adecentar el flujo de nacionales ilegales que rondan en paños menores por estas urbanizaciones.
Los que planifican proyecto se le importa un comino que vengan criminales, reos y presidiarios del vecino país, solo les importar pedir sumas millonarias en dólares, pero no brindan los servicios de seguridad ciudadana.
Entre la urbanización de Monte Carmelo, hay una nacional haitiana que brinda un espectáculo deprimente a todos los transeúntes que pasan por Las Carmelitas, esta señora sin prenda interior de vestir vende dulces diferentes a vista de la seguridad de las carmelitas, que se hace de la vista gorda, dejando que el ciudadano haitiano venga y sin vivir en dicha urbanización tenga más derechos que los moradores de Las Carmelitas.
Así comienzan los nacionales del vecino país a poner puesto de dulces, frutas, ropas y más temprano que tardes vienen miles de nacionales haitianos a vender sin más pudor en lugares inapropiados y las autoridades bien gracias.
Hacemos un llamado al coronel Alberto Marte, que tome carta en el asunto, así comenzó el pequeño Haití en la ciudad Capital y hoy es una ciudadela de todos los negocios turbios que se hacen en esa parte de la ciudad que cualquiera confunde con el desorden del vecino país.