Bartolo García
El escenario político internacional vivió un momento decisivo este domingo con el reconocimiento formal del Estado de Palestina por parte de Reino Unido, Canadá, Australia y Portugal, una decisión que marca un giro profundo en la diplomacia global respecto al conflicto de Medio Oriente.
El primer anuncio llegó desde Londres, donde el primer ministro británico Keir Starmer comunicó en un video que su gobierno reconoce oficialmente a Palestina, argumentando que “el momento ha llegado” para mantener viva la posibilidad de paz y una solución de dos Estados.
“Eso significa un Israel seguro y protegido al lado de un Estado palestino viable; en este momento no tenemos ninguno”, subrayó Starmer, quien consideró que su decisión busca abrir una puerta a la convivencia en medio de una escalada de violencia.
La medida fue acompañada por Canadá, cuyo primer ministro Mark Carney adelantó la postura de su país, convirtiéndose en el primer miembro del G7 en reconocer a Palestina. “Ofrecemos nuestra colaboración en construir un futuro en paz tanto para el Estado de Palestina como para Israel”, declaró.
En paralelo, Australia se sumó a la decisión a través de su primer ministro Anthony Albanese, quien recalcó que el reconocimiento es parte de un esfuerzo internacional coordinado. “Formamos un frente común con Canadá y Gran Bretaña para avanzar hacia una solución de dos estados”, escribió en redes sociales.
Más tarde, Portugal completó la lista de países al confirmar su reconocimiento oficial. Desde Nueva York, el canciller Paulo Rangel aseguró que la postura responde a una política “fundamental, coherente y ampliamente consensuada” en defensa de una paz duradera.
Sin embargo, las reacciones desde Israel fueron inmediatas y enérgicas. El primer ministro Benjamin Netanyahu rechazó de plano los anuncios y calificó la decisión de los cuatro países como “una enorme recompensa al terrorismo”.
“Tras la masacre del 7 de octubre, premiar con un Estado a los palestinos es un insulto a las víctimas y una amenaza a nuestra existencia. No habrá Estado palestino al oeste del Jordán”, afirmó Netanyahu en un mensaje televisado.
El Ministerio de Relaciones Exteriores israelí también criticó la medida, señalando que fortalece indirectamente a Hamás. En un comunicado, acusó a los países europeos y occidentales de “envalentonar a organizaciones yihadistas” con estas decisiones.
La polémica se extendió a la opinión pública israelí, donde familiares de rehenes expresaron su frustración. Mandy Damari, madre de una exrehén, consideró que Starmer “está bajo el engaño de los dos estados”, al tiempo que recalcó que ningún acuerdo es posible mientras Hamás tenga control en Gaza.
Starmer, por su parte, intentó matizar las críticas señalando que su reconocimiento “no es una recompensa para Hamás”. Al contrario, insistió en que la organización terrorista no puede tener futuro ni papel alguno en la seguridad de un Estado palestino.
La Casa Blanca, a través de voceros oficiales, reiteró que Estados Unidos no tiene planes de seguir el mismo camino, manteniendo su oposición al reconocimiento unilateral de Palestina en este momento.
Con estos anuncios, el conflicto se traslada también al terreno diplomático internacional. La Asamblea General de la ONU, que se celebra en Nueva York, se perfila como un espacio clave donde otros países europeos podrían sumarse a la ola de reconocimientos, aumentando la presión sobre Israel y Estados Unidos.
Lo cierto es que el reconocimiento simultáneo de Reino Unido, Canadá, Australia y Portugal supone un cambio de paradigma en la diplomacia global, y aunque promete abrir nuevas oportunidades para la paz, también intensifica las tensiones en una región históricamente marcada por la desconfianza y la violencia.
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Con información de BBC News Mundo