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Por Miguel Ángel Cid  

Altice

En la entrega anterior, titulada “Recuperar el Presupuesto Participativo”, concluí con una afirmación del maestro José Jáquez. Jáquez sostiene la tesis de que “Es urgente, hacer un stop en el camino”.  Y continúa diciendo,  hay que “…evaluar las razones del deterioro y luego plantearse retomar con nuevos bríos la aplicación de la metodología”. Según Jáquez, la evaluación implica “…estudiar el proceso de Villa González para sacar lecciones de su éxito y del propio derrumbe que hoy vive”, y concluye “¡Hay que regresar a las raíces del PPM!”. Hoy, me propongo resaltar algunos detalles sobre la afirmación de José Jáquez que también es abogado de los tribunales.

En efecto, el Presupuesto Participativo Municipal (PPM) ha sido manipulado de tal manera que  parece imposible de recuperar. Los mercaderes políticos, sean de un partido o camuflados en una organización de la sociedad civil han consumido tanta agua que es casi imposible mojar las raíces del PPM.  En consecuencia, desagregar los trozos cadavéricos que dieron vida a  Frankenstein es tarea alto difícil.

Por una parte, esos políticos se han acostumbrado tanto a arrodillarse e inclinar la cabeza que les resulta imposible erguirse de nuevo. La Ley 166-03 y otras leyes son claras al ordenar al primer ejecutivo  de la Nación transferir el 10% de los ingresos consignados en el Presupuesto Nacional. A pesar de ello, cada año el porcentaje de transferencia es menor, de un 6% en el 2004 ha bajado a menos de un 3% en la actualidad. Es evidente que esta merma intencionada reduce la capacidad de ejecución de los gobiernos locales y al mismo tiempo, los obliga a postrarse frente al Poder supremo.

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Por otro lado, se puede ver que las autoridades municipales ponen poco empeño en ser creativos. Se concentran en buscar votos a precio de “pica pollo”, nunca en rebuscar nuevas formas de alianzas que les permitan abordar soluciones con inversiones mínimas. Los mal llamados especialistas en municipalidad contribuyen enormemente en esta tozudez.

De manera, que ambas actitudes se constituyen en rejas robustas, rejas que encierran la autoestima de los alcaldes, regidores y dirigentes sociales. Se impone entonces, identificar el carcelero y descifrar sus estrategias. Solo así, podrá enfrentarse a la Presidencia de la República, la Liga Municipal Dominicana, y la Federación Dominicana de Municipios, entre otras. Son estas las instituciones del Estado y organizaciones de municipios las que al fin y al cabo deciden en conciliábulos de aposento lo que le toca a cada municipio.

Una oportunidad

En la vida, todos tienen la oportunidad de reivindicarse. El hecho de que la Ley 176-07, de los Municipios y el Distrito Nacional se encuentre en proceso de ser reformada significa una oportunidad para rasgar las vestiduras. Creo en la oportunidad, dado que los que desvirtuaron el PPM como metodología centrada en la gente son los mismos que hoy trabajan la modificación del marco legal.

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Es además, una oportunidad para que los alcaldes y regidores exijan ser integrados ampliamente en los debates del proceso reformador, aliados a los líderes comunitarios.

La oportunidad también es, para que los congresistas enderecen los entuertos consagrados como ley en el 2007. El Congreso tiene los recursos para financiar un estudio a profundidad de la experiencia de Villa González en el periodo 1997 al 2008. Este periodo de tiempo incluye el inicio del PPM, su conversión en ley y el deterioro estrepitoso de la metodología de participación en su conjunto.

La oportunidad también es para los dirigentes comunitarios, la oportunidad de los comunitarios se conjuga con la de las ONG y la cooperación internacional. Las dos últimas pueden  invertir recursos para movilizar las comunidades de todos los municipios del país al Congreso Nacional cuando se esté debatiendo la modificación de la Ley.

Desde ya, las ONG y la cooperación internacional deben iniciar consultas a los ciudadanos y ciudadanas que resulten en propuestas para ser incluidas en la nueva ley municipal. Embarcarse en congresos de autosatisfacción teórica es un gasto en vez de una inversión.

El Presupuesto Participativo Municipal constituye el fondo y la forma del desarrollo local.

 

Miguel Ángel Cid

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Twitter: @miguelcid1

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