Por JUAN T H
No le causen más ruidos al presidente Luís Abinader; déjenlo gobernar sin traumas, enfrentar la crisis que lo cosa por todas partes. Que los ruidos no provengan del mismo partido, del Senado, ni de la Cámara de Diputados, ni de la dirección de su propio partido. No hagan más difícil la situación del país. No le den la razón al Partido de la Liberación Dominicana ni a la Fuerza del Pueblo que apuesta al fracaso para pescar en río revuelto.
Una buena parte de los senadores del Partido Revolucionario Dominicano están en rebeldía ante la propuesta del expresidente Hipólito Mejía de que Eduardo Estrella continúa al frente del Senado de la República. Al parecer el presidente Luís Abinader comparte esa opinión, aunque no lo ha dicho públicamente. La mayoría de los miembros de la Comisión Consultiva del PRM también se inclina por mantener a Eduardo, aunque no lo ha decidido.
Los senadores en rebeldía dicen que nadie que no tenga una curul, es decir, que no sea senador o senadora, puede opinar. Sin embargo, todos salieron electos en la boleta del PRM. De no haber sido así, ninguno probablemente habría logrado convertirse en senadores. Tanto Luís Abinader como Hipólito Mejía los hicieron congresistas de la Republica. Sin su anuencia no habrían salido electos.
Ellos saben que no hay que tener una curul para opinar al respecto. Ellos saben que la decisión de la escogencia la tiene la Comisión Consultiva. Nunca ha sido de otro modo. Es de ese organismo supremo de donde emana la línea de quienes deben dirigir las dos cámaras. El tsunami Abinader hizo que el PRM obtuviera mayoría en ambas cámaras, al igual que en los ayuntamientos.
El Partido de la Liberación Dominicana escogió durante años a Reinaldo Pared Pérez como presidente de los senadores. Nadie dijo nada aunque muchos no estaban de acuerdo con su selección consuetudinariamente. Pero nadie le discutió la facultad que tenía su dirección para establecer la línea a seguir. Y todos la siguieron aun fuera a regañadientes.
No niego que todos los senadores, incluso los que no son miembros aliados del PRM, tienen derecho a presidir el senado. Todos tienen el mismo derecho. La Constitución lo dice. El derecho a elegir y ser elegible les pertenece a todos los ciudadanos. Pero no es eso de lo que se trata. Eso no está en discusión.
Dicen los senadores rebeldes que ya Eduardo Estrella fue complacido por el presidente Abinader, que ya basta, que dos años son suficientes. Y probablemente sea verdad. Ahora bien, ¿por qué Eduardo no puede seguir al frente del senado? ¿Tienen los senadores, que ya han formado una plancha, una propuesta novedosa, inspiradora, distinta, revolucionaria? ¡No! ¿Ha cometido Eduardo algún desliz? ¡No! todos los que aspiran a dirigir el senado actualmente ven como algo normal, ético y moral, el barrilito, Eduardo, no. al contrario, lo rechaza.
Hablemos claro, ¿Cuál es el problema? ¿Por qué una buena parte de los senadores del PRM no quieren a Eduardo? Dicen que es “muy tacaño”, que “no suelta”, que con él no “hay vida”, que es demasiado serio, que nadie puede contar con la “logística” de la corrupción, que la ración del boa desapareció. Un día le pregunté sobre su “tacañería” y me respondió: “es muy fácil regalar lo ajeno, lo del pueblo”.
Lo que sucede alrededor de Eduardo Estrella es una lástima, pone de manifiesto los niveles de podredumbre de la sociedad dominicana. Rechazar a un hombre por serio demuestra que tan bajo ha caído nuestra sociedad. Eduardo Estrella es un lujo como como político, como presidente del Senado, garantía de honestidad y transparencia.
Ojalá el país tener muchos Eduardo Estrella en la política. Amigos, la política hay que adecentarla, revolucionarla. El voto preferencial, queda demostrado una vez más, le ha hecho mucho daño al sistema democrático del país, porque no le ha cerrado el paso al dinero proveniente del bajo mundo, al contrario.
De haber puesto los candados de rigor posiblemente la composición tanto del senado como de la cámara baja sería distinta, sin tantos espantapájaros pululando con una curul.