Por JUAN T H
La “consulta” del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) fue un fraude de comienzo a fin, donde el mayor perdedor fue el expresidente Danilo Medina, cuyo liderazgo no sólo fue puesto en entredicho, sino que su candidata, Margarita Cedeño, fue apaleada, tanto por el alcalde de Santiago, Abel Martínez, como por el exprocurador Francisco Domínguez Brito, que alcanzó el segundo lugar.
El expresidente Medina mintió todo el tiempo, algo a lo que ya nos tiene acostumbrado. Le metió de contrabando una consulta que en los hechos terminó siendo una convención donde se eligió, muy a destiempo, al candidato presidencial, porque todos los participantes en el certamen hicieron un compromiso de adhesión al que resultara ganador. El año próximo, cuando se realice el formalismo de la convención, validada por la Junta Central Electoral, ya el triunfador de la “consulta”, será proclamado de manera oficial.
En términos de votación, la “consulta” fue un fracaso estrepitoso. Durante muchos meses el expresidente Medina estuvo juramentando a “nuevos” militantes y simpatizantes del partido morado. Con entusiasmo inusitado Medina llegó a decir que 500 mil nuevos militantes se habían inscrito. Estos, en adición al padrón de un millón 700 mil y tantos, lo que debió ascender a casi dos millones 500 mil.
¿Dónde se metieron los dirigentes y militantes del PLD que Danilo Medina dijo tener que no se vieron por ninguna parte? Hubo tantos colegios electorales como votantes. El padrón del PLD es falso, como falsos fueron los 500 mil que Danilo dijo que había juramentado.
En la calle todos sabían que Abel Martínez, que tiene una cola más larga que el Cometa Halley, con una fortuna que jamás podrá explicar, al igual que sus competidores, aunque algunos en menor dimensión, sería el ganar por amplio margen, no solo por el uso de los cuantiosos recursos de los que dispuso, sino porque creó una estructura partidaria y política avasalladora. Los resultados no se hicieron esperar.
Margarita Cedeño, la penca, apenas logró un tercer lugar. Ni ella se lo esperaba. Estaba confiada en su triunfo. Pero no fue así. Salió derrotada junto con su protector Danilo Medina, que ahora tendrá que ingeniárselas para garantizar el control del partido, porque está a punto de perderlo.
Tras percatarse de los resultados de la “consulta”, el expresidente Leonel Fernández no pudo menos que decir, desde sus adentros: “El tiempo de Dios es perfecto”. Con su derrota Margarita tendrá que apuntar hacia otro lado. Su carrera política parece haber llegado a su fin, su estrella ya no brillará como en el pasado, cuando era primera dama y luego vicepresidenta de la República. ¡Que desgracia, Margot, que desgracia!
En lo adelante habrá que esperar las decisiones que tomará el candidato Abel Martínez para mantener el partido unido, alejándose del expresidente Medina y de una buena parte de los dirigentes anclados en el Comité Político desde hace muchos años, que ya hieden.
Un candidato sin partido, sin una estructura que responda a sus intereses, no tiene ninguna posibilidad de competir en unas elecciones contra un candidato tan fuerte como Luís Abinader, que sigue puntero en todas las encuestas, incluso en las más conservadoras. (No olvidemos la experiencia del candidato Jacinto Peynado)
Por otro lado, Abel Martínez tendrá que luchar con su buen amigo y canchanchán Leonel Fernández por el primer lugar como líder de la oposición. Es un reto que tiene que vencer. No puede permitir que Fernández lo desplace del liderazgo opositor. No basta con su postura anti haitiana. Esa bandera por sí sola no le bastará. Fernández es un encantador de serpiente, un “crótalo “de la política. Fue tres veces presidente de la República. Mucha gente está en deuda con él. Y no reparará en cobrar todos los favores que hizo desde el poder, incluyendo a sus ex compañeros de partido. A Leonel le interesaba que ganara Margarita, porque de ese modo podía atraer el alcalde de Santiago. Pero no pudo ser.
Finalmente, debo decir que tanto la militancia del PLD, como la gente sencilla del pueblo, le cobró a Margarita Cedeño todo el daño que le hizo o le intentó hacer a su exmarido, padre de su hija, Leonel Fernández. ¡Qué desgracia Margot, que desgracia!