Durante su intervención en el Foro Mundial de la Alimentación 2024, celebrado en Roma, Italia, Limber Cruz, en representación del presidente Luis Abinader, lanzó un contundente mensaje a la comunidad internacional, subrayando la necesidad urgente de replantear las prioridades globales. El ministro de Agricultura instó a los gobiernos a reducir el gasto en armamento y destinar más recursos a la seguridad alimentaria, destacando que la alimentación es un derecho fundamental que debe estar al alcance de todos.
Cruz enfatizó que la alimentación no se limita únicamente a la nutrición, sino que abarca diversidad, accesibilidad y seguridad alimentaria, tres pilares esenciales que permiten a los ciudadanos no solo subsistir, sino también llevar una vida digna y saludable. Hizo un llamado a que las naciones colaboren de manera más eficaz para garantizar que nadie en el mundo padezca hambre, mientras que muchos países destinan grandes sumas al desarrollo y adquisición de armamento.
El impacto de las guerras en la seguridad alimentaria
Cruz también abordó cómo los conflictos armados actuales agravan las crisis alimentarias en diversas partes del mundo. Países en África, Medio Oriente y Europa del Este han experimentado cómo las guerras no solo destruyen infraestructuras y comunidades, sino que también interrumpen las cadenas de suministro de alimentos, exacerban la pobreza y provocan migraciones masivas. Estos conflictos dejan a millones de personas sin acceso a alimentos básicos, agravando la inseguridad alimentaria global.
En países como Yemen, Siria y Sudán del Sur, los efectos devastadores de los conflictos han llevado a crisis alimentarias extremas, donde la población se enfrenta a hambrunas prolongadas. Cruz insistió en que mientras los gobiernos siguen invirtiendo en armamento y prolongan los conflictos, millones de personas sufren la falta de acceso a una alimentación adecuada. La guerra en Ucrania, que ha afectado gravemente a una de las mayores regiones productoras de granos del mundo, también ha tenido un impacto directo en la subida de precios y en el acceso global a alimentos básicos como trigo y maíz.
La necesidad de un cambio global
“Los recursos destinados a la compra de armamento deberían ser redirigidos a la inversión en sistemas alimentarios sostenibles, que garanticen no solo la supervivencia, sino también una vida saludable para todos”, afirmó Cruz. Resaltó que, según la FAO, actualmente más de 800 millones de personas en el mundo sufren de hambre, y este número seguirá creciendo si no se toman medidas inmediatas.
Cruz también destacó la importancia de impulsar la producción agrícola, apoyar a los pequeños productores y fomentar la distribución equitativa de alimentos. Instó a los líderes mundiales a invertir en infraestructura alimentaria y en tecnología para mejorar la producción de alimentos de manera sostenible y resiliente, especialmente en zonas rurales y vulnerables.
Con este llamado a la acción, Limber Cruz reiteró que la seguridad alimentaria debe ser una prioridad mundial, subrayando que los recursos que se destinan a conflictos armados pueden y deben ser redirigidos a combatir el hambre, fomentar la paz y asegurar un futuro donde todas las personas tengan acceso a una alimentación adecuada y nutritiva.
En palabras de Cruz: “El mundo tiene los recursos y el conocimiento para eliminar el hambre. Lo que necesitamos es la voluntad de cambiar las prioridades y enfocarnos en lo que verdaderamente importa: la vida y el bienestar de la humanidad”.
